De Adalid Maganda puedo decir, que siendo un árbitro de fútbol de la Liga MX de corta trayectoria en esa difícil profesión, hizo el paso al frente que otros árbitros de “larga trayectoria” están muy lejos de hacer. Es común escuchar el comentario entre los mismos árbitros, que son muy criticones, pero que temen asumir riesgos que pongan en juego ante la opinión cívica su prestigio profesional. Adalid, ya dio ese paso, y por eso se le guisa aparte. El resto son rellenos de mal gusto y falso protagonismo.
El Árbitro oriundo de Acapulco Guerrero, asistió a la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), para reabrir el caso contra Arturo Brizio, Presidente de la Comisión de Árbitros, por racismo. Este tema tiene relevancia porque más allá de las definiciones que se le den a este caso, Adalid Maganda, representa a los árbitros de la comunidad afromexicana que han sido marginados por la oligarquía de la Comisión de Árbitros de la Federación Mexicana de Fútbol.
El tema de Adalid Maganda, es un legítimo acto de inconformidad contra las mafias del poder en el arbitraje del fútbol mexicano, cuyos jefes gozan de impunidad que debería avergonzar a todos los árbitros decentes. A dos años de ese tema 2018, para que las autoridades resolvieran el caso de racismo en contra de Adalid, es necesario reflexionar para valorar el trabajo de este árbitro afromexicano.
Si los árbitros de México no protestan y apoyan a Adalid por la discriminación y el racismo del que es objeto en la Comisión de Arbitraje de la FEMEXFUT, serán siempre cómplices de estos mafiosos.
El tema es muy sencillo, se trata de no empoderar con su apoyo a personajes tan descalificados en la Comisión de Arbitraje, que solo buscan la impunidad para violar los derechos de los árbitros de fútbol en México.
Su apoyo a Adalid Maganda, es justicia ciudadana, que deben ejercer todos los árbitros de México, más allá de sus diferencias personales. Si la Comisión de Arbitraje de la FEMEXFUT no tiene la capacidad ética para reconocer que se equivoco al castigar al árbitro Adalid Maganda, los árbitros tienen la obligación cívica de apoyarlo.
Que su apoyo sirva para sacar a los malos dirigentes del arbitraje del fútbol mexicano, y a favor de todos los árbitros decentes que luchan contra la corrupción en el arbitraje. Ni más ni menos. Que su apoyo sea útil y sin miedo. Más vale un grito a tiempo que mil arrepentimientos.
Pero es más, sacar a los corruptos de la Comisión de Arbitraje de la FEMEXFUT, aplica para todas las Comisiones de Árbitros en las Asociaciones y Ligas de futbol en los Estados y Municipios, para no empoderar a personajes que discriminan a sus compañeros. Al fin, todas las Comisiones de Árbitros tienen gente decente para hacer un trabajo decoroso y confiable. Esto es importante. Y ¡Hay que decirlo! Es fútbol. Y algo más…
