Ángel Sebastián esconde —entre su timidez— un gran talento que comienza a pulirlo creando manualidades a través de su creatividad e inspiración. En esta época se ha dado a la tarea de pintar frascos alusivos al Día de Muertos; utiliza pintura textil, pinceles, diamantina y diversos accesorios a su alcance para adornarlos de manera singular. Su casa se ha convertido en su taller personal para pintar a mano sus creaciones y ayudarse de ilustraciones diversas.
Ángel se desplaza en silla de ruedas, ya que nació con pie equino varo, una variedad de anomalías del pie que, por lo general, están presentes al momento del nacimiento, pues los tejidos que conectan los músculos al hueso (tendones) son más cortos de lo habitual. Además, tiene secuelas de mielomeningocele e hidrocefalia.
Sin embargo, su condición no ha impedido que desarrolle otras habilidades. Desde pequeño tuvo que asistir al CRIT para desarrollar movimientos y sincronización del cuerpo, y gracias a eso —aunque no del todo desarrollada su movilidad— puede valerse por sí mismo en la mayoría de las ocasiones.
ENFRENTA DIFICULTADES
Sin demostrar rencor comenta que ha tenido dificultades en instituciones educativas, sobre todo en la primaria, ya que luego de 12 operaciones y algunas negligencias, los maestros se desesperaban porque no era de rápido aprendizaje, pues su mentalidad es de un niño de 13 años. Incluso un docente llegó a pegarle al no contar con la formación adecuada para ayudarle en sus clases.
A pesar de las dificultades sociales, Ángel ha encontrado de una manera diferente para salir adelante y demostrar que no importan los obstáculos si no el valor para enfrentarlos. Por ello, no socializa mucho y prefiere expresarse por medio del arte.
El año pasado —acorde a la temporada de Muertos— realizó dos monos de calenda adornados como la muerte; se usaron en una calenda especial que organizó el Estudio Casa Luna de la maestra Luna Ortiz, quien ha visto su talento y lo ha ayudado a perfeccionarlo.
En su sala, una pared adorna las obras que Ángel ha hecho durante toda su vida y su mamá Sandra Luz Cabrera López las guarda con recelo porque es el resultado de ese apoyo familiar que siempre lo ha acompañado y se ha convertido en un ejemplo para ellos y quienes lo van conociendo.
“Las personas con discapacidad no son distintas a las demás; no tengan miedo de acercarse”, comenta Ángel Sebastián con esa alegría de recibir la atención de verlo pintar. “Actualmente, estoy en preparatoria, pero por la pandemia tomo clases de pintura en línea”.
SOBRE SU TRABAJO
Los frascos tienen un costo de 100 pesos; con esa remuneración compra más material y aportar algo a su hogar porque sería la manera de contribuir en agradecimiento por tanto apoyo. Las personas interesadas pueden llamar al 951 192 5212.
Su tía Paola Cabrera ha corrido la voz porque está enamorada de las obras de su sobrino y ya ha tenido pedidos, lo que emociona mucho al joven artista, “eso le entusiasma y le motiva, y a nosotras que lo amamos sabemos que le ayudará mucho en su autoestima por eso nunca hemos dudado en apoyarlo, concluye”.