El aislamiento domiciliario por la emergencia sanitaria ante el Covid-19 no solo podría generar decenas o cientos de embarazos no deseados en la entidad oaxaqueña, sino también una serie de abortos de manera clandestina o amparados por la recién ley aprobada que los despenaliza.
Diversas organizaciones de la sociedad civil advirtieron que el aislamiento en casa genera mayor vulnerabilidad para miles de niñas y mujeres que conviven con su agresor, lo que podría generar abuso sexual y embarazos no planeados.
Ante este panorama, José Ramón Pintor Sill, del área de Prevención y Promoción de la Salud de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), no descartó que por esta cuarentena se incrementen los embarazos no deseados.
“Existe esa posibilidad y un alto riesgo de que se incrementen los embarazos no deseados y las violaciones, así como embarazos por violaciones”, expuso, luego de señalar que de estas situaciones aún no tienen registros como institución de salud, aunque no descartó que sí los haya en instituciones de procuración de justicia.
Con la nueva ley aprobada el 24 de octubre del año pasado, los Servicios de Salud de Oaxaca cuentan a la fecha con cuatro interrupciones del embarazo en el Hospital General “Dr. Aurelio Valdivieso”, de las cuales, una se registró en enero, dos febrero y una en marzo. De estas, todas “fueron interrupciones legales del embarazo, más no voluntarias”, precisó el funcionario, al considerar que las primeras pueden generarse por el riesgo a la salud de la madre o por una violación.
El 24 de octubre, luego de la aprobación de la Cámara local de diputados para la modificación del código penal que despenaliza el aborto, el Diario Oficial de Oaxaca publicó el decreto que convirtió al estado en el segundo del país en garantizar la interrupción legal hasta las 12 semanas de embarazo, después de la Ciudad de México.
De la situación de violencia en los hogares, la asociación Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca expuso que en el periodo comprendido del 1 de diciembre del 2016 a 31 de marzo del 2020, se ha contabilizado un total de 292 delitos sexuales.
“Esto es un claro reflejo de la violencia contra las mujeres y niñas, pues no hay un límite de edades para los agresores, ya que las víctimas son desde los 2 hasta los 88 años de edad”, señaló.
