Para Keila Martínez Bonilla, sus cuatro hijos podrían tener mejores condiciones de vida y oportunidades si regresan a Estados Unidos.
Brandon, Marcos, Mía y Manuel, estudian el nivel bachillerato y la primaria, son los tres últimos quienes están en la educación básica en Cuyotepeji, Huajuapan de León, en donde viven actualmente.
Son niños y niña nacidos en Estados Unidos ya que la mamá emigró de indocumentada en el 2000 y ahí tuvo a sus cinco hijos. El primogénito mayor, se afilió a las filas de ejército estadounidense en Georgia, Atlanta.
Los menores de edad recibieron ayer su pasaporte americano que emite la embajada estadounidense, documento con el cual pueden entrar y salir de del vecino país en cualquier momento.
Keila recibido asesoría de instancias del gobierno estatal para los trámites porque los 115 dólares por pasaporte, ella los tuvo que pagar, en pesos mexicanos sería un aproximado de 2 mil 160 por cada uno.
Keila fue migrante indocumentada y en Estados Unidos nacieron todos sus hijos. Contó que empezó trabajando en un asilo de ancianos y regresó en el 2015 a tierras oaxaqueñas y vive en Huajuapan.
Como ilegal, trabajaba de las 4:00 a las 12:00 horas para salir e ir por sus hijos a la escuela.
“Me regresé por malas decisiones y cuando estamos con alguna necesidad médica es cuando nos queremos ir porque allá a los nacidos les garantizan la atención y la medicina, así como educativamente apoyan a los escolares”, dijo.
El pasaporte norteamericano da acreditación a las personas como ciudadanos estadounidenses.
En el caso de Keila, aunque ella no tiene visa ni nacionalidad, su hijo ya pedirá un trámite temporal de permiso para que pueda ir a Estados Unidos.
En este año se han tramitado ante las instancias pertinentes 47 pasaportes para niños y niñas que nacieron en aquel país.
