Una reserva natural ubicada a 20 minutos del Centro Histórico de la ciudad, con nacimientos de agua mineral donde suelen acudir garzas pico amarillo, apenas es conocida por los propios habitantes de Trinidad de Viguera, donde la inseguridad y el pandillerismo no permiten su descubrimiento.
Se trata del paraje Las Salinas, antes conocido como Hacienda de la Santísima Trinidad, donde las autoridades municipales no han mostrado interés en promoverlo y convertirlo así en un espacio de turismo alternativo, en beneficio de los habitantes y vecinos.
En este espacio, cuyas calles aledañas no están pavimentadas y la inseguridad es evidente entre sus habitantes que muestran desconfianza para hablar de esta problemática, la poca historia que conserva es objeto de pandillerismo por falta de iluminación.
Habitantes de esta agencia municipal apenas conocen del paraje, pero coinciden en que la atención de las autoridades a esta zona podría generar mejores condiciones de vida a los pobladores, que en las “partes altas siguen con casas de lámina o carrizo”.
“La inseguridad es más para las niñas, las adolescentes. En esta agencia abundan los delincuentes de todo tipo; hay asaltos, robos, pero ninguna autoridad nos garantiza espacios seguros”, señaló una vecina de la zona.
LA HISTORIA
Jorge Luis Círigo Vásquez, responsable del Centro Turístico Cultural Casa Las Máscaras, cuenta que el primer propietario de esta Exhacienda fue el español Juan Jurado, que llegó con su amigo y administrador de la misma Hacienda, Pedro Viguera.
Relata que cuando murió el propietario, doña Agustina, quien fuera su viuda, se casó con Pedro Viguera cuatro meses después. Quedándose al frente el administrador, su apellido perduró y por eso el nombre de Trinidad de Viguera.
En ese espacio de la Exhacienda, explicó el responsable del Centro ubicado a un costado del paraje, se fundó la primera empresa salinera de los Valles de Oaxaca, conocido ahora como las ruinas de Las Salinas Santa Cruz.
REINA LA INSEGURIDAD
Por la inseguridad y el pandillerismo que impera en la zona, el Centro Turístico se ha encargado de colocar botes de basura y letreros con apoyo de la autoridad de la agencia, para rescatar el área y buscar que sea un área protegida en beneficio de la población.
En el paraje, se observan columnas que sostenían el agua que pasaba, vestigios de piedra negra y el agua que nace a borbotones. Incluso, es un espacio donde una garza de pico amarillo acude para buscar alimento.
A un costado de la reserva natural, donde se nota la pobreza, se ven los vestigios de donde escurría el agua de la montaña y pasaba por varias tinas donde se evaporaba el agua y quedaba la sal, que se extraía y se vendía en la ciudad.
En esta agencia, algunos habitantes reconocieron que se realizan rondines en la noche, ante la ineficacia de las autoridades. “Muchos hacemos lo que la autoridad municipal dejó de hacer, sobre todo de Oaxaca de Juárez”.
El Centro Turístico Cultural Casa las Máscaras ofrece también una opción más para quienes deseen conocer parte de la cultura y tradición del Estado. Ahí no solo cuentan con áreas de temazcal y terapias de agua, sino de foros que muestran parte de las costumbres y leyendas de Oaxaca.
