El regreso a clases
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Columna

El regreso a clases

La escuela y la juventud son una de las mejores etapas de la vida pues ahí formamos nuestros mejores recuerdos y a la mayoría de nuestras amistades


Esta semana la mayoría de las preparatorias, universidades y escuelas de nivel medio superior han comenzado su calendario de actividades y seguramente tú también. Sí, sé que es todo un problema regresar a la escuela aún más luego de las vacaciones de verano, cuando la mayoría se relaja y disfruta de las maravillas de la vida. Pero inevitablemente, tenemos que volver a la escuela.
Cuando íbamos en el kínder, primaria o secundaria, para la gran mayoría volver a clases era todo un acontecimiento, lucíamos emocionados y contábamos los minutos para volver a ver a nuestros amigos, maestros, etc. Ibas con gusto a comprar tus libros, escoger tus libretas y demás útiles. Pero a medida que creces volver a clases comienza a ser algo rutinario, obligatorio o necesario ¿tengo razón?
Aunque lo neguemos, nos da pereza volver a la escuela y es de lo más normal del mundo, el tener que levantarse más temprano, preparar nuestra mochila, hacer las tareas y todo lo que conlleva volver a las aulas puede resultar una labor muy difícil para adolescentes y jóvenes.
En la mayoría de carreras y preparatorias del país los ciclos se manejan por semestres y conforme avanzas va cambiando por completo tu panorama. El primer día no es igual para los de nuevo ingreso de preparatoria que para los universitarios, o para los de cuarto y sexto semestre, la razón es que con el tiempo agarras la onda de cómo funciona el modelo de la escuela en la que te encuentres.
Seguramente muchos de nosotros hemos identificado con tan solo poner un poco de atención a estos entes que conforman la diversa “fauna” escolar. Existen los de primer ingreso y aquellos que ya conocen los secretos de la vida en la escuela.
Primer día del semestre
Los de nuevo ingreso: es clásico que lleguen súper emocionados, vienen recargados al cien y están ansiosos por descubrir los secretos del nuevo nivel en el que se encuentran, tratan de no distraerse, como es el primer día llevan una libretita para anotar todo lo que les digan, llevan el uniforme bien acomodado y diez minutos antes de la entrada del maestro ya están quietecitos todos en el aula.
Los de otros semestres: la mayor parte de estos individuos llegan corriendo porque se les ha hecho tarde, la mayoría tiene cara de “estaría mejor durmiendo en casa”, no les puede faltar su cargador, audífonos y su lista de reproducción con la mejor música del momento, uno que otro lleva un libro para leer, algún cubo de rubik o cualquier otro artefacto sencillo para entretenerse (Afortunadamente los spinners ya pasaron de moda), ya conocen a los profes, saben su forma de trabajo y a todo lo quieren tomar foto en lugar de anotarlo.
En fin esto solo es un reflejo de lo que verdaderamente pasa, porque no es lo mismo ver una película que leer un libro ni tampoco ser el papá, tutor o maestro que ser el alumno y aunque para este no lo parezca, ir a la escuela es lo mejor que puede pasar en la vida de un ser humano, como decía Jaime Sabines “¿cuándo la vida te va a dar un recreo?”.
Si, la escuela y la juventud son una de las mejores etapas de la vida pues ahí formamos nuestros mejores recuerdos y a la mayoría de nuestras amistades y aunque ahora te sientas como un mártir cargando tu mochila llena de libros, levantándote temprano y asistiendo a la escuela, en un futuro no muy lejano recordaras con cariño ese regreso a clases. Disfrútalo y procura esforzarte para pasar todas tus materias y después no quebrarte la cabeza en los extraordinarios.


aa

 

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