El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que las Islas Marías dejarán de ser una colonia penal y pasarán a ser un centro cultural, dedicado a las artes, conocimiento sobre el medio ambiente y la naturales de la Isla.
Aquí te contamos sobre 4 cárceles que después se convirtieron en centros culturales.
Lecumberri
El Palacio de Lecumberri es el propio ejemplo mexicano de una cárcel que se convirtió en un centro cultural. De 1900 a 1976, este recinto ubicado en la delegación Venustiano Carranza fungió como una de las prisiones más temidas de México.
A pesar de que su capacidad era para 800 varones, 180 mujeres y 400 menores de 18 años, en 1971 tenía registro de hasta 3 800 reos. Algunos de los más famosos fueron José Agustín, David Alfaro Siqueiros, William Burroughs, José Revueltas o Alberto Aguilera Valadez “Juan Gabriel”, además de los jóvenes que resultaron presos tras el Movimiento Estudiantil de 1968.
Desde 1977, Lecumberri funciona como Archivo General de la Nación.
Torre de Londres
Este palacio sirvió como fortaleza, castillo y prisión durante siglos, de 1100 a 1941. Entre sus custodios a lo largo de esos años destacan nobles como reyes de Escocia, duques de Francia, princesas y príncipes, arzobispos, además de ladrones comunes y conspiradores políticos.
Actualmente, este recinto es un museo y resguarda las joyas de la corona británica.
Prisión estatal de Horsens
Esta prisión de Dinamarca estuvo en función de 1853 a 2006 y la principal intención era recluir a los sentenciados a largas condenas. Actualmente se puede rentar para eventos culturales, realizando incluso conciertos entre los que destacan uno de Metallica.
Port Arthur
Este es un pueblo en Tasmania que se inició en la era de la Colonia Británica como colonia penal. Ahora es considerado patrimonio mundial por la UNESCO.
Con información de GLUC.MX