Su regreso a las competencias después de convertirse en madre no fue fácil para la mejor clavadista mexicana de la historia, Paola Espinosa. Aún así inició con dos medallas de plata su camino rumbo a Tokio 2020.
La doble medallista olímpica subió al podio en el trampolín de 1 y 3 metros, después de estar casi dos años fuera de la fosa de clavados pues su última competencia había sido Juegos Olímpicos de Río 2016, donde tiró desde la plataforma de 10 metros.
“Para mí fue un gran regreso. De verdad que no fue nada sencillo, ahora valoro mucho esta medalla de plata porque me costó mucho trabajo y me hace sentir plenamente feliz el ver a mi hija aquí y saber que las dos hicimos un gran esfuerzo y que todo salió como esperábamos.
“Tengo muy claro que si en menos de un año pude hacer esto, para Tokio puedo hacer mucho más, con esto es lo que me quedo en esta competencia, es la enseñanza que me deja y todavía me quedo con algo mucho mejor, que fue terminar mi último clavado, ver a mi entrenador y decir ‘Pao yo estoy contigo de aquí a Juegos Olímpicos. Ese es el objetivo y vamos a trabajar juntos para llegar a Tokio 2020 bien’”, platicó Paola en entrevista con RÉCORD.
Espinosa, una de las pocas mujeres que ejecutaban el clavado holandés (3 y media vueltas inversas) con el que se consagró campeona mundial en Roma 2009, buscará revolucionar los saltos ornamentales desde el trampolín de 3 metros, prueba en la que buscará subir al podio en Tokio 2020, los que serian sus quintos Juegos Olímpicos.
“Iván Bautista y yo tenemos muchos planes. Hace poco estábamos planeando qué clavados hacer, cómo le podemos hacer y en qué podemos trabajar para hacerlos y me dice ‘si hacemos esto se van a poner muy interesantes las competencias’ y le respondí lo vamos a poner interesante.
“Ojalá y así sea, solo me faltan unos kilos de más y creo que eso me puede ayudar a hacer lo que estamos pensando”, mencionó la saltarina, quien el próximo 31 de julio cumplirá 32 años de eda
