Gracias a su practicidad, los alimentos enlatados se han convertido en una opción conveniente, accesible y de larga duración para millones de personas en todo el mundo. Estos productos son especialmente útiles para quienes buscan opciones que que se puedan almacenar por períodos largos sin perder su seguridad.
Quizá el fin de adquirirlos sea bueno, pero es fundamental entender las diferencias entre la fecha de consumo preferente y la fecha de caducidad, así como los posibles riesgos asociados con su consumo excesivo, para garantizar la seguridad alimentaria.
Para solucionar algunas de las dudas, aquí te explicamos todo lo que necesitas saber.
¿QUÉ SIGNIFICA LA FECHA DE CONSUMO PREFERENTE?
La fecha de consumo preferente es una indicación del período durante el cual el producto conserva su calidad óptima en cuanto a sabor, textura y propiedades nutricionales. Pasada esta fecha, el producto puede seguir siendo seguro para el consumo, pero su sabor y otras cualidades podrían no ser tan buenos.
Para asegurarte de que el alimento sigue siendo apto después de esta fecha, debes verificar lo siguiente:
- El estado de la lata: No debe estar abollada, corroída o hinchada.
- Condiciones de almacenamiento: El producto debe haberse guardado en un lugar fresco y seco, alejado de la luz directa.
Por ejemplo, si una lata tiene una fecha de consumo preferente en marzo de 2024, podría seguir siendo segura para su consumo si cumple con estas condiciones.
¿QUÉ PASA CON LA FECHA DE CADUCIDAD?
La fecha de caducidad es más estricta y señala el límite máximo en el que el producto es seguro para el consumo.
Aunque las fechas de caducidad son más comunes en productos perecederos, rara vez se encuentran en alimentos enlatados debido a su larga vida útil.
En cualquier caso, nunca se debe consumir un alimento después de su fecha de caducidad, ya que existe el riesgo de intoxicación alimentaria.
¿QUÉ REVISAR ANTES DE CONSUMIR ALIMENTOS ENLATADOS?
Antes de abrir cualquier lata, asegúrate de revisar lo siguiente:
- Estado del empaque: Verifica que la lata no esté deformada, oxidada o hinchada. Estas son señales de que el producto podría estar comprometido.
- Apariencia y olor del contenido: Al abrir la lata, asegúrate de que el alimento no tenga olores, colores o texturas anormales.
- Etiquetas: Según la NOM-051-SCFI/SSA1-2010, todas las etiquetas de los alimentos deben incluir:
- La fecha de consumo preferente o caducidad.
- Indicaciones sobre cómo almacenar el producto.
- Advertencias si el producto requiere precauciones especiales.
RIESGOS POTENCIALES DEL CONSUMO EXCESIVO DE ALIMENTOS ENLATADOS
Aunque los alimentos enlatados son seguros en moderación, el consumo excesivo podría estar asociado con algunos riesgos para la salud. Aquí te explicamos los principales:
Presencia de Bisfenol A (BPA) El BPA es un químico utilizado en el revestimiento de las latas para evitar la corrosión. Aunque muchos fabricantes han eliminado el BPA de sus productos, todavía se encuentra en algunos envases.
- Riesgos: El BPA es un disruptor endocrino, lo que significa que puede interferir con las hormonas del cuerpo. Algunos estudios en animales han sugerido que puede aumentar el riesgo de cáncer de mama y próstata.
- Situación actual: Las autoridades regulatorias como la FDA y la EFSA han declarado que los niveles de BPA en los alimentos son seguros, pero las investigaciones continúan y muchos consumidores prefieren evitarlo eligiendo productos que especifiquen “libre de BPA”.
- Conservadores y alto contenido de sodio: Los alimentos enlatados, especialmente las carnes procesadas, suelen contener nitratos y nitritos, que actúan como conservantes. Sin embargo, estos compuestos pueden formar nitrosaminas, que en estudios de laboratorio han mostrado ser potencialmente cancerígenas.
- Riesgos: El consumo excesivo de sodio puede contribuir a la hipertensión y está relacionado con un mayor riesgo de cáncer gástrico.
- Compuestos generados por el proceso de enlatado: Durante el proceso de esterilización de los alimentos enlatados, se pueden generar aminas heterocíclicas o compuestos avanzados de glicación, ambos asociados con ciertos riesgos de salud según investigaciones preliminares.
- Pérdida de nutrientes: Aunque el proceso de enlatado preserva la seguridad y la vida útil del producto, puede reducir la cantidad de ciertas vitaminas, como la vitamina C. Por eso, es importante complementar tu dieta con alimentos frescos para asegurar una ingesta adecuada de nutrientes esenciales.
RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA REDUCIR RIESGOS
Si te gustan los alimentos enlatados, pero quieres reducir los posibles riesgos para la salud, considera seguir estos consejos:
- Elige productos sin BPA: Busca etiquetas que indiquen que el envase no contiene Bisfenol A.
- Lava los alimentos enlatados: Si compras frijoles, vegetales u otros productos enlatados, escúrrelos y enjuágalos para reducir el contenido de sodio.
- Limita las carnes procesadas enlatadas: Embutidos, patés y otros productos cárnicos enlatados suelen contener más conservadores y sodio, por lo que es recomendable consumirlos con moderación.
- Varía tu dieta: Complementa los alimentos enlatados con frutas y verduras frescas, congeladas o secas para asegurarte de tener una alimentación equilibrada.