En muchas ocasiones, ir al urólogo se asocia con enfermedades graves o con una edad avanzada, pero lo cierto es que hombres, mujeres e incluso niños pueden necesitar la atención de este especialista en distintos momentos de su vida.
Un urólogo trata afecciones del aparato urinario (riñones, vejiga, uretra) y reproductor masculino, y su atención puede marcar la diferencia entre un tratamiento oportuno y una complicación mayor.
Señales que indican que debes consultar
Algunos síntomas que no deben ignorarse son:
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Dolor o ardor al orinar
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Sangre en la orina, visible o microscópica
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Dificultad para orinar o chorro débil
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Micción frecuente, sobre todo por las noches
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Dolor en la espalda baja, en los testículos o en la parte baja del abdomen
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Incontinencia urinaria (pérdidas involuntarias de orina)
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Disfunción eréctil o eyaculación dolorosa
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Infecciones urinarias frecuentes
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Bultos o cambios en los genitales
También es recomendable que los hombres acudan al urólogo a partir de los 40 años para revisiones preventivas, especialmente para detectar enfermedades como el agrandamiento de la próstata o el cáncer prostático. En las mujeres, la atención urológica es clave si hay infecciones recurrentes, incontinencia o molestias después de la menopausia.
¿Y qué hace el urólogo?
El urólogo puede realizar estudios como análisis de orina, flujometrías, ecografías, pruebas hormonales y exploraciones físicas, entre otros. Además, es quien trata problemas como cálculos renales, infecciones urinarias, infertilidad masculina y diversos tipos de cáncer (renal, testicular, prostático o vesical).
La salud no espera
El mensaje es claro: no hay que esperar a tener dolor para consultar. Detectar cualquier alteración a tiempo puede salvar vidas o evitar tratamientos más invasivos. Si presentas alguno de los síntomas anteriores o tienes factores de riesgo, es momento de acudir con un urólogo.