Una situación alarmante quedó al descubierto en el municipio de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca: el sistema de videovigilancia pública del C2 (Centro de Control), en lugar de fortalecer la seguridad, estaba siendo utilizado para transmitir en tiempo real sus imágenes a personas no autorizadas.
Este hallazgo provocó la detención de N.H.B., director del C2 municipal. Quien ya se encuentra a disposición del Ministerio Público, acusado de cometer un delito contra la seguridad pública.
EL SISTEMA DE MONITOREO, COMPROMETIDO
La investigación reveló que las cámaras del sistema de monitoreo urbano estaban configuradas para duplicar la señal de video —una especie de “transmisión en espejo”— hacia terceros cuya identidad aún se investiga.
Este tipo de práctica no solo representa una violación directa a la confidencialidad de los sistemas de seguridad pública, sino que también abre la puerta a posibles actos de complicidad con el crimen organizado. Al permitir a actores externos observar en tiempo real los movimientos de patrullajes, zonas de vigilancia y operativos.
INVESTIGACIÓN FORENSE DETALLÓ LA RED ILEGAL
El hallazgo se dio tras un análisis forense de los sistemas del C2, realizado durante un operativo implementado el pasado 21 de junio de 2025 como parte de un despliegue conjunto de seguridad en la región del Istmo.
Durante la revisión, peritos especializados y agentes ministeriales realizaron una extracción técnica de datos del sistema. Con ello, descubriendo el desvío ilegal de la señal y posibles modificaciones al software original del sistema de videovigilancia.
DELITO CONTRA LA SEGURIDAD PÚBLICA Y MÁS ALLÁ
La Fiscalía investiga a quiénes recibían la señal clandestina y con qué propósito. La sospecha, según fuentes cercanas al caso, es que podría tratarse de grupos con intereses ilícitos que necesitaban conocer en tiempo real los puntos ciegos y activos del sistema de seguridad para evadirlos o atacarlos.
El delito contra la seguridad pública, del que se acusa al exdirector del C2, podría derivar en más cargos penales si se comprueba que el acceso ilegal facilitó delitos como extorsión, secuestros o ataques armados.
CONTEXTO: UNA REGIÓN EN TENSIÓN
El Istmo de Tehuantepec ha vivido una intensificación de la presencia de fuerzas federales y estatales, Ante el incremento de la violencia, el narcotráfico y la infiltración de la delincuencia organizada en estructuras institucionales.
Este caso evidencia que la corrupción y la vulnerabilidad de los sistemas de vigilancia no son problemas teóricos, sino una amenaza directa para la seguridad pública.
CUANDO LA TECNOLOGÍA SE VUELVE CONTRA LA SOCIEDAD
El sistema C2 fue creado para prevenir delitos, monitorear calles y apoyar operativos policiacos. Pero, este caso demuestra cómo puede convertirse en una herramienta al servicio del delito cuando cae en manos equivocadas.
La posibilidad de que las imágenes de seguridad hayan sido usadas con fines delictivos no solo representa un fracaso en la supervisión institucional, sino también una alerta nacional sobre la fragilidad tecnológica de los centros de videovigilancia.
A MANERA DE CONCLUSIÓN
La detención del director del C2 de Juchitán no es un hecho menor. Se trata de un posible caso de infiltración criminal dentro de una estructura clave para la seguridad pública. Las investigaciones deben avanzar hasta identificar a todos los responsables. Tanto dentro como fuera del sistema. Con esto evitar que la tecnología que debe proteger a la ciudadanía sea usada en su contra.
El caso no solo requiere castigo, sino revisión urgente de todos los sistemas C2 del país. Antes de que los ojos que deben vigilar se conviertan en cómplices del delito.