Elementos de la Policía Estatal de Oaxaca han iniciado una nuevo protesta en respuesta a presuntos actos de corrupción dentro de la Oficialía Mayor de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPC), específicamente acusando al actual Oficial Mayor, Eduardo Ximénez de Sandoval Fregoso, de desvío de recursos destinados al equipamiento, viáticos y otros apoyos operativos esenciales para el desempeño de la corporación.
LA ACUSACIÓN
Los uniformados aseguran que Sandoval Fregoso, originario de Tuxtepec, llegó al cargo no por méritos en seguridad pública, sino por compromisos políticos, lo que ha derivado en la falta de transparencia en el manejo de los recursos y la escasez de materiales indispensables para el ejercicio de sus funciones.
“No hay transparencia, no hay recursos, pero sí hay privilegios para unos cuantos”, denunciaron durante su manifestación, exigiendo una revisión exhaustiva de la administración interna de la SSPC y de la asignación de recursos.
MALAS CONDICIONES DE TRABAJO
El descontento dentro de la Policía Estatal no solo está relacionado con la presunta corrupción, sino también con la denuncia de condiciones de trabajo precarias. Los agentes afirman que, a pesar de los riesgos inherentes a su labor, se les sigue dejando de lado en cuanto a equipo, infraestructura y apoyo moral, lo que ha generado un clima de frustración creciente entre los efectivos de seguridad.
Este paro de labores se suma a una serie de protestas que los cuerpos de seguridad de Oaxaca han llevado a cabo en los últimos meses, con el mismo objetivo: exigir cambios reales y sustanciales en la forma en que se gestionan los recursos destinados a la seguridad pública. Desde hace tiempo, los policías han señalado la falta de respuestas concretas por parte de las autoridades y han demandado que las promesas de mejora en las condiciones laborales se materialicen de manera efectiva.
AUTORIDADES EN SILENCIO
Hasta el momento, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado no ha emitido un posicionamiento oficial sobre las acusaciones y el paro de labores. Sin embargo, la presión sobre las autoridades estatales crece, y la ciudadanía empieza a manifestar su preocupación, ya que la falta de respuesta podría poner en riesgo tanto la integridad de los elementos policiales como la seguridad pública en el estado.
Finalmente, los ciudadanos oaxaqueños y los propios oficiales esperan que este conflicto se resuelva lo antes posible, dado que una crisis interna dentro de la Policía Estatal podría tener repercusiones directas en la seguridad de la región. El llamado a las autoridades es claro: atender de inmediato los reclamos y tomar medidas para garantizar que los recursos destinados a la seguridad pública realmente lleguen a quienes más lo necesitan.