La violencia que azota la región del Istmo de Tehuantepec registró un nuevo capítulo con la reciente captura de M.R.S.N., alias “El Marianín”, quien presuntamente forma parte del primer círculo de confianza de la organización criminal liderada por el llamado “Comandante Cromo”. Esta acción se enmarca dentro del operativo “Sable”, una estrategia de seguridad conjunta que ha derivado en la captura de más de 65 personas relacionadas con esta red delictiva.
La aprehensión se llevó a cabo en el municipio de Juchitán de Zaragoza. Luego de una orden de detención por el delito de homicidio calificado con ventaja. Las autoridades acusan a “El Marianín” de haber participado directamente en el asesinato de A.G.M.. El crimen ocurrió el 8 de abril de 2025 en la población de La Venta.
LOS HECHOS: UN HOMICIDIO QUE DESENCADENÓ LA INVESTIGACIÓN
De acuerdo con la investigación, la víctima fue perseguida por un grupo armado en inmediaciones de la calle Valentín Gómez Farías. En ese lugar, fue alcanzada y recibió múltiples disparos que le causaron la muerte. El hecho fue el detonante de una investigación que derivó en tareas de inteligencia y análisis de contexto por parte de las autoridades.
La gravedad del ataque y el modo de operación—una persecución abierta en la vía pública y el uso de armas de fuego—reflejan el nivel de impunidad con el que operan estas estructuras en la región. Donde los conflictos entre grupos criminales han dejado una estela de muerte y terror.
“EL MARIANÍN”, PIEZA CLAVE EN LA RED DELICTIVA
El detenido, M.R.S.N., no es un actor menor dentro de la estructura criminal. Las indagatorias indican que formaba parte del núcleo más cercano al “Comandante Cromo”, considerado uno de los principales generadores de violencia en el Istmo. Su función no ha sido detallada públicamente, pero las autoridades señalan su importancia como pieza operativa clave.
La detención de “El Marianín” se suma a una serie de capturas relevantes en meses recientes. Entre las personas aprehendidas figuran sicarios, operadores logísticos, escoltas personales y hasta familiares directos del líder criminal: su madre, su hermana y su padre.
DESMANTELAMIENTO PROGRESIVO DE UNA CÉLULA VIOLENTA
Desde abril de 2024, las acciones para desarticular la banda del “Comandante Cromo” han cobrado fuerza. Entre los detenidos destacan alias como “El Werín”, “Balatas”, “Henry” (chofer y escolta del líder), “Chico Bala”, “Papaya”, “Cachorro” y “Na Shio Terán”, esta última, madre del jefe criminal.
Aunque las detenciones suman más de 65 desde el inicio del operativo “Sable”, aún no se ha informado oficialmente si el propio “Comandante Cromo” ha sido localizado o si sigue en libertad. Lo que deja abierta la pregunta sobre el alcance real de estas acciones. Así como si representan un verdadero debilitamiento de la estructura criminal o una simple fragmentación.
¿IMPACTO REAL O SIMPLES GOLPES MEDIÁTICOS?
Si bien estas detenciones pueden considerarse avances en la estrategia contra el crimen organizado en Oaxaca, existe una creciente preocupación sobre la eficacia real de estos operativos a largo plazo. La persistencia de hechos violentos, las constantes ejecuciones en la región y el arraigo social de estas estructuras plantean dudas. Como la de, si el Estado está logrando desarticular de fondo las redes criminales o simplemente desplazando su actividad.
Asimismo, la participación de familiares en la estructura delictiva, como padres y hermanos del presunto líder, evidencia no solo una operación criminal, sino un tejido familiar vinculado al delito. Lo que complica los esfuerzos de reinserción social y prevención.
PERSISTE LA VIOLENCIA EN EL ISTMO PESE A LOS OPERATIVOS
Aunque el operativo “Sable” ha generado resultados tangibles en cuanto a capturas, la percepción de inseguridad en Juchitán y otras zonas del Istmo se mantiene alta. Los pobladores siguen enfrentando amenazas, extorsiones, y enfrentamientos entre células rivales.
Por ahora, la captura de “El Marianín” es un eslabón más en una larga cadena de detenciones, que si bien parecen restar poder a una organización criminal, todavía no garantizan la pacificación de una de las regiones más golpeadas por la violencia en Oaxaca.