Niño de 19 meses muere por fentanilo, otro de 4 años se recupera
Los lamentables sucesos tuvieron lugar en Sinaloa; las autoridades investigan cómo sucedieron los hechos
En una dolorosa situación, dos niños fueron atendidos en el Hospital Pediátrico Infantil de Culiacán, presuntamente intoxicados con fentanilo, un opioide potente. Trágicamente, uno de ellos, Julián, de un año siete meses, no pudo sobrevivir, mientras que el otro, Damián N., de 4 años, fue dado de alta. La Fiscalía General de Sinaloa está investigando estos casos para confirmar la sustancia y la forma en que los menores fueron expuestos.
LOS HECHOS
El secretario de Salud del estado, Cuitláhuac González Galindo, explicó que Julián llegó al hospital infantil en estado crítico la noche del jueves. El niño ya había recibido atención en el Hospital Civil, donde se realizaron exámenes preliminares que indicaron intoxicación por fentanilo. A pesar de los esfuerzos médicos, Julián falleció a las 5:40 de la mañana del viernes debido a sangrado pulmonar.
La causa exacta de cómo el fentanilo llegó al organismo de Julián todavía se desconoce y está siendo investigada por las autoridades. La vicefiscalía zona centro ha recopilado información, y el cuerpo del niño fue llevado al Servicio Médico Forense para análisis adicionales.
El director del Hospital Pediátrico Infantil, Carlos Suárez, informó que Julián fue trasladado a su unidad desde el Hospital Civil debido a su grave insuficiencia respiratoria. A pesar de los esfuerzos en terapia intensiva, el niño no respondió a los tratamientos médicos.
OTRO PEQUEÑO INTOXICADO
En cuanto a Damián N., el niño de 4 años que también fue intoxicado con fentanilo, ingresó al hospital con síntomas de somnolencia, debilidad, salivación y dificultad respiratoria. Afortunadamente, las pruebas toxicológicas mostraron una intoxicación leve a moderada. Damián se encuentra estable y fue dado de alta tras una evolución favorable.
El director del hospital hizo hincapié en la importancia de mantener sustancias químicas peligrosas, como detergentes, insecticidas o medicamentos, fuera del alcance de los niños para evitar tragedias similares. Estos casos son un triste recordatorio de la necesidad de proteger a los más jóvenes de peligros potenciales en su entorno.
