Involucran a anexo en muerte de interno
El hombre murió en anexo Vikingos de Macuilxóchitl
Autoridades policiales, investigan la muerte violenta de un trabajador que fue anexado, sin el consentimiento de la familia, al anexo Vikingos de Macuilxóchitl.
La extraña muerte de don Ernesto, quien era originario de la Ciudad de México ocurrió el pasado 3 de julio en el anexo Vikingos, ubicado en la carretera internacional 190 jurisdicción de Macuilxóchilt.
La familia asegura que lo internaron sin su consentimiento, ya que don Ernesto acostumbraba tomarse sus tragos los fines de semana y al otro día irse normalmente a trabajar.
Sin embargo, un domingo se le pasaron las copas y se quedó dormido en la vía pública, pasaron más tardes de la brigada del anexo y el lunes decidieron llevárselo para “rescatarlo” del alcohol.
El martes dieron a conocer que falleció, por lo que se dio intervención a la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), iniciando el legajo de investigación la autoridad ministerial de Tlacolula.
Agentes estatales de investigaciones llegaron al anexo para practicar la inspección ocular; se ocuparon de que el cuerpo sin vida fuera llevado al anfiteatro para practicarle la necropsia de ley.
El resultado de esta operación quirúrgica arrojó que murió de edema cerebral difuso, hemorragia parenquimatosa, congestión generalizada de órganos abdominales secundaria a contusión profunda de abdomen.
Al pedir una explicación, en el anexo explicaron que los golpes fueron porque don Ernesto empezó a agonizar, lo que provocó que convulsionara y se cayera de la cama donde descansaba.
Sin embargo, aseguran, en el anexo ni cama tenían, por lo que están seguros que fue en este lugar donde lo golpearon hasta causarle la muerte.
Los peritos que llegaron al lugar están por determinar si el resultado de la muerte fue por lesiones dolosas, por lo que interrogan al personal y a personas que pudieron ser testigos veraces de lo que realmente ocurrió.
Tras identificar legalmente el cuerpo sin vida de don Ernesto, los familiares informaron que, al morir, tenía 53 años de edad, y era vecino del fraccionamiento El Retiro en Santa María El Tule. Agregaron que nunca tuvieron problemas por su forma de beber, ni mucho menos pensarían en anexarlo, por lo que confirmaron que no dieron su autorización para que lo ingresaran en este lugar.
Los familiares exigen que se investigue a fondo hasta las últimas consecuencias y se les dé un castigo ejemplar a los que provocaron la muerte de don Ernesto.
