La audiovisión de las lenguas ancestrales
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Toltecáyotl

La audiovisión de las lenguas ancestrales

 


Los pueblos anahuacas fueron, por muchos siglos, educados por generaciones en valores, principios, actitudes, sentimientos, saberes comunitarios y saberes ancestrales, en el sistema de educación con sus tres instituciones, el telpochcalli, el cuicacalli y el calmécac. Esta milenaria percepción del mundo y la vida, fue brutalmente interrumpida por la invasión de filibusteros y mercenarios que venían a despojar la riqueza a cualquier precio. El genocidio y epistemicidio ha sido, y sigue siendo, un horripilante crimen de lesa humanidad.

Los gachupines no solo arrasaron con todo lo que vieron y pudieron tocar de la civilización del Anáhuac, la consigna de la iglesia era destruir hasta sus cimientos la civilización agredida. La destrucción de la Ciudad de la México-Tenochtitlan, es un claro ejemplo en donde destruyeron piedra sobre piedra, la ciudad más grande y mejor urbanizada del mundo de aquellos tiempos.

Pero, no solo fue destruido y saqueado el mundo material. Los invasores de crucifijo tenían la encomienda de destruir la espiritualidad milenaria y original. La evangelización realmente fue una agresión, negación y exclusión de la forma de ver y entender el mundo y la vida de nuestros ancestros, para imponer, no solo una religión exógena hasta para los propios invasores, que, venían de tierras peninsulares en donde coexistían muchas religiones y espiritualidades ancestrales de los pueblos autóctonos, como era el islam, el judaísmo, el arrianismo y el catolicismo, de lo que, hasta mediados del siglo XVI, será formalmente, el reino de España.

Después de tres siglos de colonialismo español, vendrán dos siglos de neocolonialismo criollo, todavía más dañino, porque la ideología criolla pretende engañar al pueblo, haciéndole creer que el Anáhuac es México, que los anahuacas son mexicanos, y que, en este país el mestizaje ha superado el conflicto de la invasión, que ya no existen invasores españoles, ni invadidos anahuacas, que todos somos mestizos, que todos somos iguales y que la pobreza se puede superar “echándole ganas”. Pero, además, que el concepto de “lo criollo”, es lo que se refiere a lo original, a lo auténtico y primigenio de estas tierras desde los tiempos “prehispánicos”.

Estos cinco siglos de supresión y exclusión de las expresiones culturales de nuestra milenaria civilización Madre, han deformado a los anahuacas, quienes han perdido en gran medida la filosofía de vida de nuestras culturas ancestrales. Filosofía que está sustentada en la familia, el equilibrio, el bien común, el servicio a la comunidad, la solidaridad, el respeto, la palabra y la espiritualidad.

Sobre estos valores ancestrales se desbordan los nuevos valores de la vida moderna y la sociedad divida en clases, la base en que se sustenta es el abuso, de los más poderosos sobre los más débiles, el lucro y la ganancia inmoral, el individualismo, el consumismo, la comodidad, la materialidad y el final de la espiritualidad.

El discurso de la cultura dominante basada en la ideología criolla es que ha desaparecido la civilización del Anáhuac, que solo quedan ruinas arqueológicas, museos, folclor y artesanías. Que el mexicano moderno es universal y cosmopolita. Emprendedor, triunfador y muy positivo. Que solo quedan actitudes retardatarias y primitivas en algunas personas poco evolucionadas.

Sin embargo, la realidad nos dice lo contrario. Ante los estertores del fin del “sistema mundo”, basado en la creencia que la riqueza material de personas, familias y pueblos, garantiza la felicidad y la realización existencial; el mundo moderno se está derrumbando y la infelicidad, la contaminación y la pobreza, día a día, gana más terreno y pareciera que, ya no hay marcha atrás y retorno. Las poderosos fuerzas oscuras que devoran a los humanos y al planeta, nadie las puede detener.

Por estas razones, se impone, como una estrategia de supervivencia, recuperar la filosofía ancestral de la Toltecáyotl, que está depositada en las lenguas anahuacas, en los valores, tradiciones, usos y costumbres de la vida comunitaria. Que vive en los saberes comunitarios del cultivo de la tierra, los saberes para mantener la salud y curar enfermedades. Que está depositado en los valores, principios y actitudes de la educación familiar y comunitaria, Que funciona en las comunidades anahuacas, en donde a través de la democracia tolteca, los pueblos se han podido defender y organizar a través de la Asamblea, el tequio, el bien común sobre el interés particular y donde las autoridades “mandan obedeciendo”.

Se requiere hacer “filosofía de las lenguas anahuacas”, para reactivar la sabiduría milenaria que está depositada en las palabras y conceptos ancestrales. Reactivar y refuncionalizar la sabiduría de los Viejos Abuelos a través de realizar una intervención “arqueológica” a las palabras y conceptos claves, que nos han dado entendimiento y sabiduría. Partiendo que somos una civilización con muchas culturas diferentes en tiempo y espacio, pero todas compartiendo una misma raíz-matriz de sabiduría, lo que nos permite estar unidos en lo esencial en medio de una asombrosa y prodiga diversidad. Se requiere recuperar nuestra “audiovisión” del mundo y la vida. Educáyotl, AC.