El inicio del año suele ser complicado para muchas familias debido a la llamada cuesta de enero, un periodo caracterizado por dificultades económicas tras los gastos de las fiestas decembrinas. Sin embargo, en este 2025, la cuesta de enero no solo ha sido pronunciada, sino que también parece extenderse más de lo habitual, afectando el bolsillo de millones de personas.
A pesar de los esfuerzos por contenerla, la inflación sigue elevando los precios de productos básicos, transporte y servicios. Según datos oficiales, la canasta básica ha experimentado un aumento significativo en comparación con el año pasado, lo que reduce el poder adquisitivo de los consumidores.
A comienzos de año, se anunciaron ajustes en tarifas de electricidad, agua, transporte público y otros servicios esenciales. Estos incrementos golpean directamente la economía de los hogares, que ya enfrentaban un presupuesto ajustado. Muchas personas financiaron sus compras navideñas con tarjetas de crédito o préstamos personales. Ahora, enfrentan pagos elevados con tasas de interés que han subido en los últimos meses, lo que dificulta la liquidez de las familias.
Aunque algunos sectores han mostrado recuperación, el empleo sigue siendo una preocupación. Muchos trabajadores enfrentan contratos temporales, reducciones salariales o condiciones laborales menos favorables, lo que impide una recuperación económica estable en los hogares.
Ante este panorama, es fundamental tomar medidas para sobrellevar la situación.
Identificar y cubrir primero las necesidades básicas como alimentación, vivienda y salud. Usar el crédito con precaución y tratar de pagar lo antes posible los intereses acumulados. Pequeñas acciones, como reducir gastos hormiga, pueden hacer una diferencia en el presupuesto mensual.
A medida que avanza el año, se espera que la economía se estabilice, pero la prolongada cuesta de enero deja claro que es necesario reforzar la educación financiera y la planificación para enfrentar mejor estos periodos de crisis.
Urge agenda ambiental
Debido a que van en aumento los índices de contaminación es necesario definir una agenda ambiental para nuestro estado ante contingencias que se pueden presentar, coincidieron en señalar organizaciones ambientales. No sólo se trata de mejorar la calidad del aire, también detener la emisión de agentes contaminantes e insistir en la sustitución de unidades de transporte que contribuyen al deterioro del medio ambiente en esta ciudad y otros municipios.
El mundo enfrenta una crisis ambiental sin precedentes. El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación y la degradación de los ecosistemas amenazan la vida en el planeta. Ante esta situación, es imperativo elaborar una agenda ambiental sólida que permita abordar estos desafíos de manera efectiva y sostenible.
La agenda ambiental debe priorizar la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, el fomento de energías limpias y la conservación de los recursos naturales. En los últimos años, hemos visto un aumento en las temperaturas globales, sequías prolongadas y fenómenos meteorológicos extremos. La ciencia es clara: si no tomamos medidas urgentes, los efectos serán devastadores para las generaciones futuras.
Uno de los principales ejes de esta agenda debe ser la transición hacia una economía circular y sostenible. El modelo de producción y consumo actual, basado en la extracción y el desperdicio, debe evolucionar hacia sistemas que promuevan la reutilización y el reciclaje. Esto no solo contribuirá a reducir la contaminación, sino que también generará nuevas oportunidades económicas y empleos verdes.
La conservación de la biodiversidad es otro aspecto clave. Cada año, miles de especies desaparecen debido a la deforestación, la contaminación y el tráfico ilegal de fauna. Es fundamental fortalecer las políticas de protección ambiental, fomentar la reforestación y garantizar el uso responsable de los ecosistemas.
Además, es esencial la educación y la concienciación ciudadana.