El beso y la reacción
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Pegatinas Reivindicativas

El beso y la reacción

 


 

El triunfo de las españolas como campeonas del mundo de fútbol la semana pasada ha sido completamente opacado. El logro deportivo de todo un equipo ha quedado en segundo término debido a los actos de Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), quien durante los festejos besó a la jugadora Jenni Hermoso, quien no solo es estrella de su selección nacional, sino también de las Tuzas del Pachuca en la Liga MX Femenil.

Desde un inicio, el máximo dirigente del fútbol español desestimó la relevancia de sus acciones; consideró que era la efusividad del momento y que no existió dolo alguno. Al escalar el rechazo a sus actos y explicaciones, también su posicionamiento.

Todo el asunto subió de nivel después de las muy, pero muy, desafortunadas declaraciones de Rubiales quien, en conferencia de prensa el pasado viernes, en lugar de renunciar al cargo —como se anticipaba al ser un hecho con evidencia de sobra reprobable— dio a conocer que no dimitiría, en un largo discurso de doce minutos que resultó mucho más problemático que sus primeras declaraciones.

La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) suspendió por 90 días a Rubiales como parte del procedimiento disciplinario que se encuentra desarrollando y que desembocará en un veredicto en los próximos meses. En tanto, el presidente del Consejo Superior de Deportes del Gobierno español adelantó que se iniciarían procesos en el Tribunal de Arbitraje Deportivo en contra del titular de la RFEF en caso de que no existan consecuencias por sus actos.

Mientras todo ello sucede, la maquinaria del RFEF se encuentra operando a favor de su aún líder, emitiendo dictámenes -de los cuáles no tiene competencia- y comunicados dando a conocer que hubo consentimiento de Jenni Hermoso para recibir ese beso y que no existe falta que perseguir a pesar de que la jugadora ha expresado que ella jamás solicitó ni consintió el beso de Rubiales.

Todo este revuelo está más que justificado y debe llamar a la reflexión sobre el gran tramo que aún hay que recorrer para que las mujeres alcancemos la igualdad en todos los espacios públicos y privados.

Deberíamos comenzar por preguntarnos ¿Por qué siempre es permisible que el espacio físico de las mujeres sea comúnmente invadido de forma diversa a la de los hombres? No que todo acercamiento sea violencia, pero esa permisibilidad es resultado de una marcada diferencia sobre lo que debe permitir un hombre y lo que debe permitir una mujer en su espacio físico. Al comparar los videos de cómo los directivos de las federaciones de fútbol celebran con las selecciones femeninas y las masculinas, queda clara la comparación.

También debe llamar la atención el constante cuestionamiento a la palabra de las mujeres. Mientras existe evidencia en video y las declaraciones de la jugadora señalando que nunca existió consentimiento, Rubiales, usó el aparato de la RFEF y su posición como presidente para emitir comunicados y conferencias de prensa contradiciendo a Jenni Hermoso.

Si bien existía una euforia en el momento, nada justifica las acciones del directivo español y, sin embargo, en lugar de aceptar su error, las consecuencias y cambiar su conducta, este ha decidido emprender una estrategia mediática para posicionarse como la víctima de todo el asunto. Dadas las severas derivaciones que implica su actuar, es usual esperar que las personas agredidas acepten y toleren los efectos psicológicos y físicos resultantes con el fin de que el agresor no sufran ningún tipo de consecuencia posterior.

A este penoso capítulo le queda aún mucho por seguir. Su desenlace dirá en gran medida qué tan lejos seguimos de la igualdad y qué tanto estamos dispuestas y dispuestos a hacer lo necesario por construir entornos más justos para las mujeres.

@GalateaSwanson