Pandemia y economía
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Pandemia y economía

 


Los estragos del Covid-19 irán mucho más allá de las consecuencias a la salud que está teniendo alrededor del mundo.
Nuestra moneda, lo que por más de un año se le llamaba “el peso fortachón”, ahora está muy por encima de los 20 pesos por dólar estadunidense, y ha alcanzado, incluso, un tipo de cambio mayor a los 25 pesos por moneda, esto debido a la venta de valores y escape de inversiones.
Lo peor, es que no solo son las monedas. Las pequeñas y medianas empresas mexicanas serán las mayores afectadas por el deterioro del entorno económico. La cuarentena y las iniciativas para ralentizar los contagios del virus han desacelerado diversos sectores económicos, especialmente el sector turístico. Las personas que pusieron sus esperanzas, sus ahorros y sus energías en pequeños emprendimientos ahora se encuentran en el limbo, manteniendo sus puertas abiertas en resistencia hasta que el último segundo que la autoridad determine que es necesario su cierre, el cual será un cierre permanente para muchas de ellas.
Y con ello, los empleos, tanto de esas pequeñas unidades productivas como de las grandes empresas. Algunas, en apego a la decencia humana y marco jurídico, se encuentran brindando apoyo a sus trabajadoras y trabajadores, indicando teletrabajo o mandándolos a casa con sueldo íntegro hasta que la crisis pase. Otros, no corren con la misma suerte. El caso de Alsea, ese conglomerado comercial que aglutina entre otros a Starbucks, Vips, Bueger King y El Portón, es el mejor ejemplo. El coorporativo ha tenido ganancias de más de 629 millones de pesos en el último trimestre (https://bit.ly/2QwNfOw) y, sin embargo, ha determinado mandar sin sueldo a sus empleados por un mes (bajo amenaza de perder sus puestos de no acceder), sueldos que rayan en apenas el mínimo y que no se encuentra dispuesto a pagar.
Por si no fuera poco, en un país donde el 57 por ciento de la población está en la informalidad, pedir cuarentena a personas que viven al día, es como pedirles elegir entre morir por Covid-19 o morir de hambre (https://bit.ly/396wVKY, https://bit.ly/3dmIoJt).
Además de todo lo anterior, la crisis del Covid-19 requiere de manera urgente la inyección de recursos públicos al sector salud, uno desvalijado y abandonado por décadas y que ahora necesita esteroides para hacer frente a la exigencia de camas, respiradores, insumos, pago de personal y espacios hospitalarios. Esto, necesariamente implicará una deuda a la economía, especialmente con la pérdida de valor de los precios del petróleo, nuestro mayor ingreso nacional (https://bit.ly/2UuN5s4).
La debilidad de nuestra economía es un pie del que ya cojeábamos, y no solo en este sexenio. Sin embargo, es necesario apuntar que ha sido esta economía la que está condicionando la determinación de nuestras autoridades sobre la severidad de las acciones que se están emitiendo conforme la propagación del coronavirus se extiende, tanto en la clase de apoyos que las autoridades pueden brindar como en la rapidez en la toma de dichas decisiones (https://bit.ly/395pnbn, https://bit.ly/399OauO).
Ante este desolador panorama, es necesario generar cadenas de valor locales. Apoyar a las empresas oaxaqueñas, privilegiar la producción regional e invitar a nuestras comunidades a la adopción de las medidas de higiene y distanciamiento social para no alargar más las fases dos y tres de la contingencia. Solo con unidad podremos superarlo.
@GalateaSwanson