Hace unos días recibimos una noticia que nos partió el alma: encontraron sin vida a Sandra Estéfana Domínguez Martínez. Y con ella, se nos fue otra hermana, otra compañera, otra luchadora incansable. Hoy escribo desde el dolor, desde la impotencia que arde en el pecho y no se apaga. Nos falta Sandra, y nos va a faltar siempre.
Sandra era feminista, abogada, defensora de derechos humanos, y, sobre todo, una mujer mixe orgullosa de su raíz, de su historia, de su pueblo. Su lucha tenía nombre y rostro: las mujeres ayuuk, a quienes acompañaba, defendía y abrazaba desde la sororidad y la convicción de que la justicia era posible.
Sandra era esa voz firme que no titubeaba frente a la injusticia, la que recordaba a las mujeres de su pueblo que no estaban solas, la que sostenía pancartas con rabia y esperanza, la que se colocaba al frente sin miedo. Cuando en las calles gritamos “no somos una, somos todas”, Sandra no solo lo entendía: lo vivía, lo encarnaba.
Y ahora nos falta. Nos la arrebataron. Nos quitaron a una mujer que alzaba la voz por todas. Su muerte no es solo una pérdida, es una herida abierta, una más en un país que ha normalizado la violencia contra las mujeres, que calla, encubre o ignora cuando una de nosotras desaparece o es asesinada.
No se vale revictimizar. No se vale cuestionar su vida, sus pasos, sus decisiones. Lo único que exigimos es justicia, y no solo por ella, sino por todas las que han sido calladas, por todas las que siguen resistiendo. Que su voz no se apague, que su memoria nos acompañe y que su rabia sea también la nuestra. Porque la lucha no termina con su ausencia; apenas comienza con más fuerza.
Hoy, desde este rincón de palabras, abrazo a su madre, a sus hermanas, a sus amigas, a quienes compartieron la vida y la lucha con ella. Porque ese dolor también es nuestro. Porque cuando tocan a una, respondemos todas. Que esa siga siendo nuestra consigna.
Que tu legado viva, Sandra. Que nuestra rabia nos impulse a no callarnos. Que el dolor se transforme en fuerza colectiva. Que vivas en cada grito, en cada pañuelo levantado, en cada consigna escrita con el corazón roto y la dignidad intacta.
Nos falta Sandra. Y nos va a seguir faltando hasta que haya justicia.
@Natali_Cruz_
