Nacimiento de la Constitución y Oaxaca
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Lecciones Constitucionales

Nacimiento de la Constitución y Oaxaca

 


Teniendo como antecedentes la Revolución de Independencia que duró de 1823 a 1833, contra la explotación española, ya que la Nueva España era de los países más ricos del orbe, por sus múltiples riquezas naturales, América vivía las ideas de la ilustración francesa, el humanismo y el indigenismo iniciaban su discurso en la inteligencia de los sacerdotes y los criollos. Las ideas de la ilustración penetraron en el continente americano, la independencia de las 13 colonias norteamericanas, (1776) y la Revolución francesa de (1789), marcaron definitivamente un espíritu nuevo de emancipación y liberación de la esclavitud y contra el colonialismo. La desigualdad social, el despotismo político, la pobreza, la esclavitud, y un sentimiento de libertad era permanente en las ideas de quienes respiraban libertad para poder liberar al pueblo de la opresión.

Ya después de la muerte del rey Carlos III en 1778, España en bancarrota, Inglaterra era la nueva potencia, Francia era gobernada por Napoleón Bonaparte en la conquista de Europa, en 1808 ocupa España deponiendo a Fernando VII, sucesor del trono español para sustituirlo en el poder por su hermano José Bonaparte Ramolino.

Para el 16 de septiembre de 1810, en el pueblo de Dolores, un sacerdote, Miguel Hidalgo conspiraba y con 600 hombres mal pertrechados o mal armados, inicia la guerra libertaria de la Nueva España. Oaxaca era el hermoso mosaico multiétnico y multiracial, potencialmente agrícola, de poblaciones que eran 12 intendencias o colonias de la nueva España. En Oaxaca se vivieron crisis económicas en 1804 y 1808, ya la desigualdad social y las epidemias crearon condiciones de levantamiento armado, la insurgencia surgió en la Sierra Mixteca en 1812 con la toma de Huajuapam, al mando de Valerio Trujano.

A la caída de Hidalgo, (Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor) y fue el Generalísimo Don José María Morelos Teclo y Pavón quien se erige como líder de la Revolución de Independencia. En la tercera campaña militar de Morelos, el 25 de noviembre de 1812, entra victorioso a la ciudad de Oaxaca, la antigua villa de Antequera a la cabeza del Ejercito Libertador del sur, establece un gobierno provisional en forma de ayuntamiento libre y designa como primer intendente a José María Murguía y Galardi, instala la casa de moneda frente a la iglesia de San Ignacio de Loyola y funda el primer periódico insurgente: El Correo Americano del Sur, cuya redacción quedó a cargo de un oaxaqueño ejemplar, Carlos María de Bustamante, gran cronista de la época.

En Chilpancingo en 1813 se celebra el primer Congreso Constituyente de Chilpancingo, presidido por José María Murguía y Galardi, da a conocer “Los Sentimientos de la Nación” que había redactado con Andrés Quintana Roo en Oaxaca, en la casa donde aún existe un medallón en honor a tan memorable documento en la esquina de los arcos que adornan y sostienen la casa frente al hoy palacio de gobierno de Oaxaca.

Plasmada la independencia del país en este documento, a la libertad a todo habitante de los pueblos de América, y el Acta de Independencia de la América Septentrional, en 1814, se emite el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Septentrional, mejor conocida como Constitución de Apatzingán, que rechazaba la insurgencia mexicana y el restablecimiento de la Monarquía española, este Decreto nunca entró en vigencia, por falta de investidura legal de Diputados que la discutieron y juraron. El Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, sancionado en Apatzingán el 22 de octubre de 1814, no tuvo vigencia jurídica alguna más allá de los territorios controlados por los insurgentes. Su eficacia práctica sólo fue, que no es poco, la de un ensayo, el primero de la historia constitucional mexicana.

Desde la perspectiva del tiempo, el Decreto Constitucional ha venido a mostrarnos el ideario liberal de la estructura político-institucional de México, tal y como se iría formalizando a lo largo del siglo XIX. Sus redactores, ya decididamente y sin ambages, exhibían una voluntad radicalmente libre y soberana, dejando atrás vacilantes proyectos anteriores, más indefinidos —véanse los Elementos Constitucionales que han de Fijar Nuestra Felicidad de Ignacio López Rayón—. Hablamos de un primer Congreso, el de Chilpancingo, que se autoproclama —se quiere—, independiente y constituyente.

Un dato por demás importante, tiempo después, tomada la ciudad de Oaxaca, Antonio de León estableció una Junta de Gobierno presidida por don Manuel Nicolás Bustamante, derrocado el Imperio, Oaxaca de declaró a instancias de Antonio de León, Estado Libre y Soberano de Oaxaca y seguidor del Federalismo. Así nació nuestra Constitución.