Pacificar Ucrania: ir por lana y salir trasquilado
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Pacificar Ucrania: ir por lana y salir trasquilado

 


Buckinghamshire, UK.- La sede de la Organización de las Naciones Unidas, la ONU, se encuentra en Nueva York, en Manhattan, en la rivera derecha  del East River. Es sitio simbólico. La Gran Manzana es como la capital del mundo, por su riqueza cultural, artística, comercial, económica, financiera; es la ciudad cosmopolita por excelencia y ahí convergen nacionalidades, lenguas, costumbres, religiones, gastronomía, entre casi todas las riquezas universales, pero también acepta ocurrencias.

Allá fue enviado el canciller mexicano el jueves 22 de septiembre de 2022. Se le encomendó llevar una propuesta presidencial para procurar una tregua de cinco años (que no la paz), en el conflicto armado que desde hace siete meses sucede en la parte oriental de Europa, en Ucrania que, poco sabido, es después de Rusia, el país territorialmente más grande del Viejo Continente. La historia de Ucrania es extensa y compleja, ha alternado y compartido espacio político indistintamente con la Rusia imperial de los zares, con la Unión Soviética de Lenin y de Stalin, las travesuras de Nikita Kruschev, la Troika de Brezhnev,  Gorbachov y su Glasnost, pasó por Yeltsin, se independizó y se ha topado con Vladimir Putin.

De paso, Crimea, esa península del Mar Negro, sometida a disputas por todos los imperios, a donde se fueron a meter Francia, Inglaterra, Turquía y aliados, a mediados del siglo XIX. Geografía compleja: Crimea también fue rusa. Kruschev, en 1954 tuvo la humorada de donársela a Ucrania, pero en 2014 Putin dispuso apropiar para Rusia nuevamente. Ucrania sufrió en la Operación Barbarroja y fue invadida y ocupada por las tropas de la Wehrmacth durante la Segunda Guerra Mundial. En suma, ha padecido, como tantos países europeos, despotismo y guerras.

Arreglar un conflicto como el que padece Ucrania, no es cosa de inexpertos o de quienes desconocen hasta su ubicación geográfica, sino las motivaciones de los actores en el drama que ya causa millones de exiliados, miles de bajas por la guerra y, paradójicamente, está provocando el exilio de jóvenes rusos en edad militar por la movilización de 300 mil reservistas convocados por Vladimir Putin.

Nuestro México sufre y padece una de sus peores etapas en gobernabilidad, cuyas consecuencias se reflejan en el creciente número de víctimas de la delincuencia organizada, del narcotráfico, de la violencia individual de sujetos desquiciados dada la pobreza cívica y moral que está asolando al país, sin que el gobierno acierte a resolver la gravedad, que más bien gusta de alegar que “ataca las causas”, sin precisar cuáles son éstas; pero prodiga simpatía, empatía y hasta respeto a las organizaciones criminales, receptoras de abrazos institucionales en tanto la población vive en angustia por la inseguridad.

En el Debate General de la Asamblea General de Naciones Unidas, allá en Manhattan, el secretario de Relaciones Exteriores leía con desgano un mensaje, en nombre del presidente de México y que “a nombre de nuestro pueblo”, lo que está muy lejos del interés general de los mexicanos, que no compartimos una propuesta que no causó el menor interés en la ONU, y mucho menos de los países beligerantes, que vieron compasivamente una lectura sin escuchas, mucho menos al criticar directamente al Consejo de Seguridad, en el cual somos poco menos que convidados de piedra.

Sin consultarlos, la ocurrencia quiso involucrar al papa Francisco, al Secretario General de la ONU y al premier de la India, como mediadores en algo tan ajeno a la pobreza diplomática que hoy nos desprestigia. Quizás sean indulgentes y den las gracias, nada más.

Entretanto, aquí siguen las muertes, los secuestros, las masacres, el narcotráfico. Se lucen camionetas flamantes y limpios uniformes de una guardia nacional bien armada, pero impedida para proteger a la ciudadanía, son un inútil ornamento de desfiles, se pretende con ellos una guardia personal, pretoriana, como las Sturmaibtelung hitlerianas.