Ucrania, la guerra de los núcleos
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Ucrania, la guerra de los núcleos

 


A los olvidados mártires de Babi Yar en Ucrania

 

Paráfrasis de La guerra de los mundos, novela de H.G. Wells. En el planeta no hay mundos, pero sí núcleos de poder que suelen ser imperios y potencias. El mundo de hoy está caracterizado por la globalización: apertura comercial y financiera sin límites, que vulgarmente llaman “neoliberalismo”, al cual algunos sin saber qué es, condenan, otros viven de él. Lo cierto es que la distribución de la riqueza sigue siendo desigual y ésta se ha potenciado; y que los núcleos de pobreza aumentan sin control.

Tres son los núcleos de fortaleza mundial: Estados Unidos de América, potencia hegemónica hasta hoy; seguida de la República Popular China que, para algunos, será la que releve al imperio comercial de occidente y, luego, la gigante Rusia, alejada en su riqueza nacional de esos extremos del oeste y del este, pero una gran potencia militar y nuclear, por eso mismo se hace respetar y temer. 

La vieja Europa, con países ganadores y perdedores de la Segunda Guerra Mundial, se convirtió, desde el Plan Marshall (1948-1952) y la creación de la OTAN 1949, en subordinada a decisiones en lo económico, financiero y militar, de los Estados Unidos que, en este conflicto ruso-ucraniano, les marca la pauta.

Rusia ha invadido Ucrania en una guerra desigual, pero no ha podido ejecutar una “Blitzkrieg” o “guerra relámpago” que hizo famosa a la Wehrmacht en 1940 o a Israel en la “Guerra de los seis días” en 1967. No es solamente la fuerza o valentía de los ucranianos encabezados por su presidente y hoy caudillo Volodímir Zelenski, lo que ha mantenido la resistencia, sino verdaderas torpezas en la táctica (objetivos de ataque) y la estrategia (alternativas de incursión) de las fuerzas armadas rusas. Sin duda Rusia posee superioridad por cielo, mar y tierra. Cuando fue parte de la URSS, Ucrania era arsenal nuclear y de armamento soviético, paradójicamente en esta guerra usa tanques y cañones que ahí se quedaron; además hay dos centrales nucleares: Chernóbil y Zaporizhia, la más grande de Europa, de la era soviética ya tomadas por los rusos. 

Como en toda guerra, hay víctimas, héroes, villanos. De éstos últimos, es Vladimir Putin, el nuevo Hitler-Stalin-MaoZedong, que causaron millones de muertos en sus despóticos y tiránicos gobiernos. Joe Biden, instigador. Zelenski se ha convertido en héroe de su patria y ya del mundo entero. Su deseo de que Ucrania sea de corte europeo occidental causó, en parte, la pretensión y ambición rusa de bloquear esas aspiraciones, sin excluir la babel de lenguas y etnias que pueblan Ucrania, principalmente en Lugansk y Donetsk, de lengua rusa.

Rusia ha sido sometida a un letal bloqueo: financiero, comercial, en aeronavegación, en comunicaciones, cuyo fin es colapsar su economía. Pero no es absoluto: Estados Unidos y Europa mantienen, a su conveniencia, canales abiertos por el indispensable tráfico de petróleo, gas, carbón y otros suministros e insumos de origen ruso, indispensables para el bienestar europeo. 

¡Ucrania! Tierra que el destino ha hecho sufrir por siglos. Todos te han invadido y saqueado. Ahí, cerca de Kiev, están las víctimas sin sepulcro: “No existe monumento en Babi Yar/sólo el duro cantil,” recitó Yevtushenko de ese Gólgota eslavo.

México. Desde la presidencia, tumbos, ignorancia, indefiniciones y expresiones confusas. Tuvo que salir la cancillería a condenar la invasión rusa y el embajador en la ONU reafirmarla. 

 

EXTRA. Ucrania tiene 603 mil 548 km cuadrados de superficie. De los territorios que nos dejó España y que perdimos entre 1836 y 1848 a manos de Estados Unidos, son 2 millones 380 mil km cuadrados: cabe Ucrania cuatro veces. En esos años aciagos, nadie se acordó de México, sólo Karl Marx, que aprobó y elogió la invasión gringa y la anexión: ¡escuchen, doctrinarios de la izquierda trasnochada y traidora!

 

ENTRETEXTO

“Zelenski se ha convertido en héroe de su patria y ya del mundo entero. Su deseo de que Ucrania sea de corte europeo occidental causó, en parte, la pretensión y ambición rusa de bloquear esas aspiraciones”