Desde el púlpito

Y VAYA que los sacerdotes están haciendo su labor apenas perceptible de ir indicando a la gente, desde el púlpito, que hay que tener “más responsabilidad a la hora de elegir a nuestra clase gobernante”, que se debe ser “más cuidadoso” en esto.

Critican en cada misa la terrible situación de inseguridad, lo errática que está resultando la política de abrazos no balazos, las más de 120 mil muertes violentas que se contabilizan en el presente sexenio y mencionan la cifra de 100 mil desaparecidos en nuestro país, desde que se comenzó a registrar este dato. Enfatizan que el dinero que da, a través de la asistencia social el gobierno federal no es del presidente LÓPEZ OBRADOR, que hay que tomar los apoyos pero recordar que ese es dinero público, de todos los mexicanos.

Y, sobre todo, al menos es lo que escuché, decían –No olviden que la entrega de esos apoyos sociales, ya está en la ley, que no los engañen con el cuento de que si gana un partido político, ajeno al actual, ya no los cobrarán–.

EN FIN, mientras desde el Palacio Nacional, siguen abriéndose frentes, uno de estos, la iglesia católica, comienza a ir mermando el posicionamiento obradorista –al menos este mes la aprobación del presidente ha caído ligeramente a 56.1 por ciento de acuerdo a la encuesta de seguimiento de “El Economista” (25/17/2022) Pero este nivel no había estado tan bajo desde hace un año–.

A partir del asesinato de los dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua, el pasado 20 de junio, cuando el presidente criticó duramente a la iglesia porque ésta le pidió cambiar su estrategia de seguridad. El tono de las homilías ha tenido de manera constante este matiz antilopezobradorista. Por mucho posicionamiento que tenga el mitómano de Macuspana, los argumentos que dan en las ceremonias religiosas, sí que tendrá efectos.

SEDUCCIÓN

EL DISCURSO DE la izquierda tan seductor y las complicidades de las organizaciones de esta corriente con los políticos han conformado una verdadera industria, la del chantaje social, ésta que precisamente nos ha ahogado a los oaxaqueños desde siempre, acto que se coronó allá en el año 2006.

Es importante entender en términos simples ¿qué es la izquierda? y ¿Qué es la derecha?

La izquierda, es el sector político que tiene como creencia que la pobreza SÍ tiene solución. La derecha entiende, por el contrario, que la pobreza NO tiene solución, por lo que su lucha se basa en la reducción máxima de la pobreza teniendo claro que ésta, NO acabará jamás.  Esto último podría considerarse lo más sensato. Tenemos un claro ejemplo en los Estados Unidos, el país al que emigra gente de todo el mundo, principalmente de países pobres en busca de una vida mejor.

Durante los primeros 3 años y medio del gobierno obradorista, 1 millón 818 mil mexicanos fueron detenidos en su intento por cruzar la frontera a los Estados Unidos, 35 por ciento más que en todo el sexenio anterior, prueba de que las políticas del actual gobierno federal están generando situaciones económicas tan deplorables, que están haciendo que más gente emigre.

POR INCREÍBLE que parezca, a pesar de ser la nación más rica del orbe, EU tiene 50 millones de pobres. Una de las razones; en el mundo siempre habrá gente que NO le guste trabajar, por más posibilidades que tengan de hallar un buen nivel de vida, gracias a mejores condiciones laborales.

Esto lo traigo a cuento porque seremos gobernados por la izquierda a escala estatal, como ha estado sucediendo a escala federal desde diciembre de 2018, la izquierda nos promete acabar con la pobreza, aseguran que ellos tienen la fórmula, pero en la realidad NO existe tal cosa.

PERO la promesa, la ilusión de cambiar el entorno, es algo que enajena, mueve masas, por eso el éxito de nuestro “pejidente”, por eso, a escala local, tenemos a tanta gente detrás de los lidercillos que sólo los usan para bloquear y extorsionar a las “autoridades”. Al final, sólo migajas les dan, el grueso queda en manos de los líderes y de los políticos.

En esta ocasión vimos al CIPO, a CODECI, al COIPO, a la CNPA, a todas las cabezas que controlan el tiradero de basura, etcétera. Todos montados en el discurso justiciero de la izquierda para vender cara la paz en el mes de la Guelaguetza. Y cuando asuma la gubernatura uno de sus “compañeros” de lucha ¿Dejarán de bloquear? ¿Dejarán de extorsionar? Al menos si SALOMÓN JARA cumpliera sus promesas de mejoras sociales y económicas, eso debería terminar. Pero qué va, van a robustecerse las protestas, la izquierda sólo vende ilusiones.

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