Participación ciudadana
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Opinión

Es mi opinión

Participación ciudadana

 


Al arrancar la navidad y próximo el año nuevo, y siendo éste, tiempo propicio para buenos deseos, dejo guardado el guion de la crítica para ver las cosas por el lado amable.

En esta circunstancia temporal hago una reflexión a la medida. En estos días, las personas olvidamos los agravios y echamos mano a la hipocresía para desearnos lo mejor rindiendo culto a la esperanza.

Sin embargo, en lo personal no soy fanático de la esperanza, mucho menos de la esperanza sin fundamento como seria, esperar que los gobernantes se cortaran y se limpiaran las uñas largas.

Si la montaña no viene a mí, yo voy a la montaña. Es lo mismo a no esperar sentado a que nos llegue lo mejor. En lugar de la esperanza fija de los flojos, yo propongo la acción, inteligente y bien dirigida.

Es decir, en vez de esperar como lo hacen los ilusos, lo inteligente es que sucedan las cosas, para que a través de la causa y efecto nos visiten las cosas buenas y constructivas.

En el campo de la política estatal, y la relación del pueblo con el gobierno, la esperanza inútil no tiene cabida. Para tener mejores gobiernos, es necesaria la acción de la sociedad. Esa acción se llama participación ciudadana.

Es muy saludable para la vida estatal que Salomón Jara Cruz, reitere su determinación de integrar como parte de su gabinete a oaxaqueños y oaxaqueñas honestos, capaces y responsables.

Esa determinación además de darle credibilidad es un acto de justicia para la mayoría de los ciudadanos honestos, capaces y respetuosos de las leyes, que con gusto darían lo mejor de cada cual para hacer un gobierno que inspire respeto y de verdad sirva a su estado.

Sin embargo, por encima de las buenas intenciones del gobernador, es difícil que los funcionarios que lo rodean permitan que lleguen personas confiables que den dignidad a las instituciones.

Sabido es que estos funcionarios que van por delante en la nómina de quienes integran el gabinete y otras instancias de poder, aprovechan esa delantera burocrática para impedir que los buenos sirvan a la sociedad.

A pesar de las influencias que esos funcionarios puedan tener cerca de Salomón Jara, a la hora de extender nombramientos, los oaxaqueños tenemos la obligación cívica de tomarle la palabra, y de advertirlo cuando traten de sorprenderlo con piel de oveja como lo han hecho algunos de los funcionarios. (No todos).

Por lo tanto, una positiva actitud ciudadana para el 2023 y todos los años del gobierno de Salomón Jara, es participar en la búsqueda de fortalecer las libertades, ensanchar la democracia y sanear las instituciones gubernamentales. Hagamos que esto suceda y también ¡Hay que decirlo! Es mi opinión. Y nada más…