El Crematorio
Ineptitud sanitaria
Ya han pasado ocho meses desde que empezó la interminable e inacabable pesadilla del Covid-19. En México, cada estado sortea su temporal y soporta su pesada carga, pagando caro su ineptitud e ineficacia para controlar la pandemia que alimentada por la ignorancia, la falta de medidas sanitarias y compromiso social se ha propagado con funestas consecuencias, como en nuestro caso Oaxaca, donde mucha gente inconsciente e ignorante piensa que el virus es un mito, celebrando sus festividades, costumbres y tradiciones en esta temporada de muertos y en otras, sin ningún control ante la mirada complaciente de las autoridades sanitarias que nada han hecho para contrarrestar y controlarla, no hay medicinas, insumos, ni camas, ni ventiladores, ni el equipo mínimo necesario, ni protocolos sanitarios. La irresponsabilidad de las autoridades sanitarias es elocuente, pues no hay control, ni normas en este sector, que haga identificar el fenómeno como una pandemia, un virus letal natural recién aparecido que galopa por todo el planeta desbocado.
Es difícil saber qué está ocurriendo y cuáles son las cifras reales de los infectados y fallecidos. Como pasa con todo el país, semáforos de acuerdo a sus conveniencias, los hechos y las interpretaciones se amontonan en una enorme curva de contagios y opiniones contradictorias, aunque siempre aparecen avaladas con el imprescindible respaldo de las autoridades sanitarias. Pues cuando se está en estado de emergencia la prioridad consiste en la eficacia de las instituciones de salud y los protocolos, para responder a esta pandemia que nos tomó de manera imprevista e imprevisible. Lamentablemente nuestro sistema sanitario es ineficaz y deficiente.