Amenazas y protestas
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Opinión

Editorial

Amenazas y protestas

 


Desde 1980, con el nacimiento de la llamada Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), organismo disidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el día de hoy dedicado al homenaje al maestro, devino una fecha de protestas, movilizaciones, chantaje y presiones. Salvo los pasados cuatros años cuando el llamado Cártel 22 materialmente declinó de su radicalismo enfermo y se evitaron los famosos plantones en el Centro Histórico, esto se había convertido ya en una pesadilla anual para el comercio establecido y para los citadinos en general. El 15 de mayo, conocido como el “Día del Maestro” devino pues un espacio no de lucha, sino de exigencias descabelladas, búsqueda de prebendas y privilegios, en cuyo entorno lo que menos importa es la educación que se imparte a niños y jóvenes.

Con la emergencia del llamado Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación en Oaxaca (MDTEO), se ha impuesto a los maestros (as) doctrinas ideológicas y consignas políticas que han derivado en hechos tan graves como fue el movimiento político y social de 2006, cuando la Sección 22 del SNTE sólo encendió la mecha, para después replegarse y dejar que grupos radicales, organizaciones en la clandestinidad y partidos políticos, pusieran al pueblo oaxaqueño en medio de intereses bastardos. Hay aún grupos al interior del gremio que sueñan con repetir dichos esquemas. Y, no obstante, la buena disposición, la apertura y la voluntad demostrada por el gobierno de Salomón Jara, el asambleísmo pernicioso que se privilegia entre el magisterio, con certeza nos tendrá preparadas sorpresas para este día y los siguientes.

No es un secreto que al federalizarse la nómina y todo lo que compete a la educación, aquello que sean demandas de mejoras salariales, plazas docentes, movimientos de escalafón, etc., son responsabilidad de la Secretaría de Educación Pública. Sin embargo, acostumbrados a la presión, el chantaje y métodos tan burdos y abominables como los bloqueos a calles y avenidas, no hay duda que se querrá presionar al gobierno estatal para que ceda en los privilegios de antaño. El magisterio oaxaqueño está estigmatizado no sólo ante nuestro pueblo sino a nivel nacional. A diferencia de otras entidades del país, aquí el maestro ha perdido el respeto, el reconocimiento y la veneración que antaño tuvo. Y, por lo que hemos visto hasta hoy, se insiste en recuperar ese papel vergonzoso.

 

Huracanes: La amenaza anual

 

Los organismos meteorológicos del país han advertido de que esta temporada habrá decenas de ciclones y tormentas tropicales, de las cuales al menos 6 impactarán en territorio oaxaqueño. Nuestra entidad, no es un secreto, es muy vulnerable a este tipo de siniestros, habida cuenta de nuestro amplio litoral con el Océano Pacífico, de más de 600 kilómetros. Todo ello a un año de que el huracán “Agatha” impactara en territorio oaxaqueño y dejara miles de damnificados en poblaciones de la Costa y la Sierra Sur. Hace unos días trascendió que el presidente de México habría autorizado al menos 1 mil 100 millones de pesos adicionales para las comunidades afectadas por “Agatha”. Los daños fueron de tal magnitud que, si bien el apoyo federal se hizo presente, quedaron huellas irreversibles de las pérdidas y los daños en caminos, viviendas, cosechas y otros.

Y ahora que hablamos de huracanes y tormentas tropicales con su cauda de daños, bien haría el gobernador Salomón Jara en reactivar la investigación respecto al mal uso de los recursos que dispuso la Federación para los damnificados, en el que incurrieron algunos ex presidentes (as) municipales, algunos de los cuales huyeron prácticamente con los millones que se destinaron a su comunidad. Otros más que sólo beneficiaron a sus cercanos, sin haber atendido a quienes en realidad perdieron sus viviendas o bienes. Esta rapacidad se da porque ponen en manos de irresponsables recursos públicos que jamás en su vida tuvieron en sus manos. Ello ha propiciado corrupción y desvíos. En este mismo espacio aplaudimos los señalamientos que el ejecutivo estatal hizo en el momento de la evaluación de la forma en que se aplicaron los recursos y las sorpresas que hubo.

Por lo pronto y ante el peligro que se cierne sobre todos con dichos fenómenos naturales, las autoridades estatales y de protección civil, están a tiempo de lanzar campañas de prevención, particularmente del ABC para casos de siniestro. Que no pase lo que ha ocurrido en gobiernos pasados, en donde las emergencias que trae consigo la naturaleza son vistas con superficialidad. Hay que tener en cuenta que ya no contamos con los recursos del Fondo Nacional para Desastres Naturales (Fonden), aquellos que en su momento servían para paliar las tragedias. Entonces, lo mejor que pueden hacer las autoridades es prevenir a la población de los efectos de los citados siniestros y qué hacer.