UABJO, maniatada por sindicatos
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Editorial

UABJO, maniatada por sindicatos

 


Durante la semana anterior, la ciudadanía de la capital padeció los excesos y atropellos a la libre circulación, a raíz de los bloqueos a calles y vialidades por parte del sempiterno y amañado gremio de empleados de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, el STEUABJO. Ya es común que, cada inicio del año, la atomizada estructura sindical que materialmente ahoga a nuestra Alma Mater, de manera escalonada exijan revisión del contrato colectivo de trabajo y de las condiciones laborales de trabajadores y empleados. Inicia el STEUABJO y continúa el resto: el Sindicato de Trabajadores Académicos (STAUO), el Sindicato Único de Maestros (SUMA), el de trabajadores de confianza (SECUABJO) y finaliza el de Sindicato Únicos de Académicos (SUA). No precisamente en ese orden, pero ahí van en fila india para emplazar a huelga y amenazar con paralizar las actividades académicas. ¿Les interesa el tiempo de los estudiantes y maestros comprometidos con sus materias? No.

Durante el período de Eduardo Bautista Martínez como rector, la UABJO padeció serios problemas financieros. Incluso, un fin de año la rectoría tuvo que solicitar un préstamo a la banca privada. Una y otra vez el referido funcionario tocó las puertas del Congreso federal y local, para pedir ampliaciones presupuestales. Nunca le respondieron favorablemente. Y es que todo mundo sabe que cualquier recurso adicional que llegue a la universidad será materialmente succionado por la ambición y las exigencias de tantos parásitos enquistados en la institución, incluyendo, obviamente, grupos porriles y clanes familiares que han pervivido del presupuesto universitario durante al menos medio siglo. Nada se destinará a la academia, a la investigación. La UABJO está maniatada por sindicatos y los citados grupos.

Al ver los excesos que se cometen, como es el caso del STEUABJO, se escuchan cada vez más voces que apuntan hacia la refundación de nuestra Máxima Casa de Estudios. Es necesario tirar el lastre; darle un viraje para restituirle su misión original: la formación de profesionistas en diversas ramas del pensamiento y de fomento a la investigación, que vincule a la institución con la sociedad. Hay una especie de hartazgo de ver la misma película; de bloqueos y marchas; de amenazas y emplazamientos a huelgas y paros. Oaxaca no merece tener una institución que, si bien en el pasado fue referente nacional, hoy va a la cola del resto de universidades del país.

 

Al fin, la pesca es prioridad

 

Durante al menos tres sexenios, la pesca, tan importante en una entidad que tiene la fortuna de contar con más de 600 kilómetros de litoral se mantuvo en el olvido. Hasta el gobierno de Diódoro Carrasco, que concluyó en 1998, dicho sector tuvo cierta importancia, pues puso al frente de una dirección de Pesca a personas vinculadas con el sector. Pese a las protestas de pescadores ribereños y de cooperativas dedicadas a la pesca en alta mar; de empresarios dedicados al avituallamiento de embarcaciones y otros, el gobierno les concedió poca importancia. Incluso, en la ciudad y puerto de Salina Cruz se percibía la bonanza pesquera, con empresas empacadoras de camarón y otras especies. Todo ello pasó al olvido por una mala política; por el soslayo gubernamental de una tradición entre los pueblos cercanos al mar.

Sin embargo, todo apunta a que habrá un viraje importante en el actual gobierno al respecto, luego de que el viernes 24 de febrero, el gobernador Salomón Jara Cruz instalara el Consejo Estatal de Pesca y Acuicultura de Oaxaca con el fin de implementar acciones efectivas para reconocer, proteger y fomentar a este sector, entre ellas la pesca artesanal practicada por las comunidades indígenas, de manera sustentable y para el fortalecimiento de la soberanía alimentaria con desarrollo económico. En el acto, se tomó la protesta a las y los nuevos integrantes de este Consejo Estatal, en el que participan funcionariado federal, estatal y de los 39 municipios con actividad pesquera y acuícola, así como de organizaciones productoras pescadoras y de acuicultura y de instituciones educativas del nivel superior.

Y tiene razón el jefe del ejecutivo, no se puede permitir que pescadores y pescadoras ribereñas, que han sobrevivido por generaciones de esta riqueza sigan esperando las bondades de un gobierno apático e insensible. Es urgente y necesario reactivar la pesca como una fuente de empleo y productividad, bajo esquemas de regulación, competitividad y control de la producción y calidad. Oaxaca puede convertirse en breve en una potencia desde el punto de vista pesquero y reactivar todo lo que quedó en el olvido. Es una lástima que las flotas de pequeñas embarcaciones que se dedicaban a esta labor, hoy estén abandonadas en muelles, sin esperanzas de volver hacerse a la mar para la captura de especies que no sólo le servirán de alimento a la tripulación, sino para mantener a miles de familias que históricamente han vivido de la pesca.