Vandalismo pernicioso
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Opinión

Editorial

Vandalismo pernicioso

 


Apenas trascendió la aplicación de la medida cautelar para que el procesado Juan Antonio Vera Carrizal, quien ha estado dos años en prisión preventiva por el intento de feminicidio en contra de la joven María Elena Ríos, pudiera llevar su proceso en casa en virtud de padecer un mal neuro-degenerativo, cuando se soltaron materialmente los demonios, como se dice vulgarmente. De inmediato se dieron decenas de pronunciamientos de grupos feministas y colectivos que dicen defender a la mujer de la violencia. No faltaron los bloques violentos de aquellas que acudieron a Ciudad Judicial para quemar llantas y amenazar con acciones fuera de la ley. Es evidente el recrudecimiento de la violencia en los llamados “bloques negros”. Lo hemos visto en la Ciudad de México en donde arremeten igual contra elementos policiales femeninos o medios de comunicación, con el uso de martillos para destruir, pervirtiendo la protesta.

Cualquier crítica a estas acciones son estigmatizadas como misoginia o de ataques a su defensa del género. Es decir, hay una actitud de intolerancia. Es paradójico, pero hacen exactamente lo que tanto cuestionan, al actuar como salvajes. En estos días el argumento es la defensa de la joven saxofonista, sin embargo, motivos no les hacen falta a otros grupos como “La Ola Verde”, para cometer desfiguros y destruir todo a su paso. La celebración del Día Internacional de la Mujer no sólo es motivo para exacerbar el discurso contra el machismo sino para recorrer las calles armadas de martillos para destruir aparadores, negocios, pintarrajear muros de casas particulares, entre otras linduras. No existe voluntad de parte de sus dirigentes para enfocar su protesta por la vía de la legalidad y de forma pacífica.

De todo ello, hay un sector que se lleva la peor parte y es la ciudadanía que no tiene vela en el entierro. En efecto, dichos grupos crean un escenario de terror e impunidad. Porque, además, nadie las toca. Es decir, pueden hacer lo que les plazca. Los edificios y monumentos del Centro Histórico no se salvan del grafitti y las pintas, menos de los martillazos en la vieja cantera. Mucho criticamos a los maestros de la Sección 22 y algunas de las organizaciones aliadas, que dejan convertido un campo de guerra el centro de la ciudad cada que realizan alguna movilización. Empero, la que emprenden los grupos a que hacemos referencia no tienen parangón con ningún otro organismo depredador.

 

Ecología no es prioridad

 

Una breve revisión del proyecto de presupuesto para 2023 del ayuntamiento de Oaxaca de Juárez da cuenta de la suma irrisoria que se otorga al área de Medio Ambiente de dicho ayuntamiento. En cambio, para proyectos que a más de un año de vigencia no han dado resultados, como el tema de “Ciudad Educadora”, ahí no se escatima presupuesto. El asunto es preocupante pues desde el gobierno municipal de Javier Villacaña, que la capital oaxaqueña lució con parques, jardines y camellones verdes, con flores y el mantenimiento respectivo, en la pasada y bochornosa administración emanada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), todo lo hecho se fue a la basura. Hoy mismo, el abandono es más que evidente. Plantas y pasto seco. Cada vez más especies vegetales pasan a ser madera seca, como es el caso de las palmeras que algún día dieron lucimiento a la Colonia Reforma o a los boulevares citadinos.

Es decir, para el mantenimiento del arbolado urbano, para la sustitución de las especies plagadas o a punto de venirse abajo, sólo dos o tres pesos. ¿Cuánto se invertirá en el saneamiento de los ríos Atoyac y Salado, que por mandato judicial el gobierno de Francisco Martínez Neri tiene que resolver? Que se sepa, tampoco es prioridad. Es la visión que se tiene hoy en día de la cruzada que debe emprenderse para preservar las áreas verdes y pulmones de la capital oaxaqueña. El mejor ejemplo es el abandono en que se encuentra nuestro pulmón natural más emblemático: el Paseo Juárez “El Llano”. Fuentes inservibles, prados semidestruidos, sin pasto, canteras rotas, etc. El Jardín Conzatti se ha mantenido gracias a que los vecinos, de vez en cuando aportan para su mantenimiento. Pero, por parte de la autoridad municipal, ya estaría convertido en un erial desértico y sin vida.

En lugar de darle mantenimiento y salvaguardar este espacio que, además, forma parte del patrimonio natural de los capitalinos, el mismo Cabildo o funcionarios municipales, para sacar raja económica, autorizan la instalación de verbenas y chachacuales sin control alguno, contribuyendo aún más a su deterioro. Con el recorte presupuestal al área respectiva de medio ambiente, poco podemos esperar los ciudadanos de atender este rubro, sino que siga creciendo el abandono y el descuido oficial. Lo verdaderamente prioritario es invertirles a programas de espectro político-electoral.