Atención a protestas
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

Atención a protestas

 


Como mucho lo hemos dicho en este mismo espacio editorial, más allá del papel que tienen los medios de comunicación impresos y audiovisuales en la denuncia pública, el ciudadano de a pie tiene hoy un instrumento elemental para manifestar su inconformidad y malestar: las redes sociales. Éstas transmiten en tiempo real una determinada situación. Es el caso, por ejemplo, de la serie de inconformidades que han despertado las obras que lleva a cabo con una premura inaudita, el gobierno estatal, a través de la Secretaría de las Infraestructuras y Ordenamiento Territorial Sustentable (Sinfra), es decir, la de Símbolos Patrios y el llamado Circuito Interior. No ocurre lo mismo con la construcción del Centro Cultural “Álvaro Carrillo”, cuyo atraso no ha motivado más que duras críticas hacia la actual administración.

En las dos primeras obras ya citadas, las protestas de vecinos y comerciantes, no se ha hecho esperar. El reclamo es que al menos en la de Símbolos Patrios, las ventas de quienes tienen sus negocios en la zona han mermado considerablemente, ante la lentitud con la que avanzan. A ello hay que agregar el tráfico infernal que se da a todas horas del día y los accidentes que no han faltado por la carencia de señalización. Por su parte, las inconformidades en la obra del Circuito Interior provienen de vecinos de fraccionamientos y unidades habitacionales, dado que los trabajos que se desarrollan les impiden entrar y salir de sus domicilios, ante la cantidad de perforaciones, materiales o maquinaria que se encuentra enfrente. Pero hay algo que la dependencia responsable no debe soslayar y es la denuncia permanente de la mala calidad de la citada obra, en lo que se refiere a los materiales aplicados.

En nuestra página 2 del pasado miércoles 8 de junio publicamos una fotografía en la que aparece una fisura en el concreto armado que apenas se acaba de aplicar. Ello significa que la premura para terminar la citada obra antes de que concluya la gestión del gobernador Alejandro Murat, está dejando dudas respecto a la calidad de los materiales que se están utilizando o, la ejecución al “ahí se va”, desoyendo la crítica ciudadana y la difusión de los yerros. Es evidente que amén del retraso y de las molestias, a ello hay que agregar la mala calidad, como si los oaxaqueños fuéramos ciudadanos de segunda. Aún es tiempo de corregir y escuchar las voces de inconformidad.

 

Urge reforestación urbana

El tema de la constante pérdida de ejemplares añejos que crecieron junto a una parte importante de la capital oaxaqueña, es decir, de viejos higos, laureles, palmeras, etc., que hemos perdido en los últimos años, obliga al ayuntamiento capitalino como responsable al mando de la capital, a tomar el asunto de la deforestación con la seriedad que ello amerita. La realidad no admite vacilaciones: nos estamos quedando sin árboles y, particularmente, sin aquellos viejos ejemplares que vestían de indiscutible verdor nuestros espacios urbanos. Más allá si los ejemplares que hemos perdido los plantó don José María Morelos y Pavón o cualquier otro héroe nacional, la caída de otro laurel más en el Zócalo, el miércoles 8 de junio, un día después de la precipitación de otro ejemplar, obliga a tomar cartas en el asunto y plantear estrategias o programas para salvar lo que aún tenemos en pie.

Existen en la entidad y en el país instituciones y fundaciones que se dedican a la preservación del entorno cultural y natural de los mexicanos y oaxaqueños. Si el municipio adolece de falta de recursos para poder solventar el pago a especialistas, hay instituciones académicas que no persiguen fines de lucro, como algunos institutos en el área de biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) o la Universidad de Chapingo, con especialistas en diversos rubros del tema forestal y de conservación y cuidado de los árboles. Se sabe que, en ciertos temas, el gobierno de Francisco Martínez Neri, está trabajando con la Fundación “Alfredo Harp Helú”, un intento plausible para poder recibir el necesario apoyo técnico o financiero para obras de beneficio social en el ámbito urbano. Qué mejor que sea en el tema que nos ocupa: poder llevar a cabo un programa o proyecto para reforestar la ciudad y poder restituir algo de lo que hemos perdido en los últimos años.

Si bien es cierto que, hasta el momento nada se sabe del Plan Municipal de Desarrollo del actual gobierno local que, por omisión, apatía o simplemente poco interés en presentarlo, ha sido ignorado, bien haría Martínez Neri y colaboradores de incluir en el mismo tanto el rescate y salvación del arbolado urbano que aún se mantiene en pie como la necesaria política de plantar nuevas especies en donde se han perdido. Suponemos que algo tiene que hacerse al respecto y que no vale ya la apatía ante una realidad lacerante como la que mencionamos al principio.