Abandono total
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Editorial

Abandono total

 


Ayer abordamos el estado lamentable que mostró nuestra capital a propios y extraños el pasado fin de semana, con el Centro Histórico como un verdadero estercolero, lleno de bolsas y cajas de basura, cuestión que tiene que ver con la precariedad de las finanzas municipales, en virtud de la cual, el edil Oswaldo García Jarquín se escuda para evadir su responsabilidad de dotar a los camiones recolectores de la gasolina necesaria para que el personal realice su trabajo. Se trata, desde luego, de un argumento torpe y banal. Hace al menos un par de meses, la situación fue similar, luego de que dejara de pagar la renta de dichos camiones a la empresa con la que realizó un contrato millonario al inicio de su gestión. El asunto del manejo de los desechos sólidos ha sido una molestia permanente para la ciudadanía. 

Pero no es lo único en lo que se puede observar un abandono total de las competencias del gobierno municipal. Está por ejemplo, la desatendida exigencia ciudadana de tapar los miles de baches que se encuentran diseminados en la capital. La cuestión es tan grave que, inclusive, ha sido sido motivo de puntos de acuerdo y exhortos del Congreso del Estado. Estamos ya a fines del mes de septiembre y se acerca la temporada del festejo del Día de Muertos, que representa un gran atractivo para el turismo nacional y extranjero. La pregunta es: ¿cómo recibir a quienes, en plena pandemia, llegan a la capital a dejar su derrama económica con una ciudad, orgulloso Patrimonio Cultural de la Humanidad, sucia y en total abandono? ¿No existen mecanismos de presión o exhorto para que el Cabildo de la capital, en donde están representadas las diversas fuerzas políticas, haga su trabajo en favor de la comuna y la ciudadanía?

Por si lo anterior no fuera suficiente, ese abandono del que comentamos antes, también se puede observar en el estado que guarda el sistema de semáforos de la capital. No existen mecanismos de mantenimiento y prevención para mantenerlo en condiciones óptimas de funcionamiento, por ello, no obstante, las denuncias ciudadanas, pueden pasar semanas e incluso meses, para que los que se ubican en cruceros en donde han dejado de funcionar, sean reparados. Esta situación puede generar accidentes fatales, cuya responsabilidad puede atribuirse al gobierno de la ciudad. En la agenda capitalina pues, hay muchos pendientes. Lo más grave es que por omisión, abulia y argumentos banales del munícipe, no se han atendido.

Rehén de grupos criminales

Cuando escuchamos el disco rayado de que Oaxaca es una de las entidades más seguras del país, vienen a la mente de inmediato los operativos que ha realizado en los últimos días la Fiscalía General del Estado (FGEO), en diversas regiones del estado, en donde ha encontrado verdaderas guaridas de grupos delictivos. El decomiso de droga, armas, vehículos, como en el operativo que se llevó a cabo el fin de semana pasado en la zona huave, concretamente en San Francisco del Mar, dan cuenta de que no estamos en una zona de confort y seguridad total, sino que hay regiones, municipios y comunidades que se han convertido en bastiones de criminales. Un ejemplo es la población istmeña de San Pedro Tapanatepec, cuyas entradas se encuentran bloqueadas con zanjas y montones de tierra. No es por el temor de la propagación de la pandemia, sino porque el grupo que ahí opera, pretende protegerse tanto de la entrada de los adversarios criminales, como de las fuerzas policiales o de seguridad.

El 13 de septiembre pasado, la agencia EFE publicó una nota preocupante. Seis colombianos se declararon culpables, ante un juzgado de Miami, Estados Unidos de América, de traficar cocaína para el Cártel de Sinaloa, trayendo la droga en embarcaciones semi-sumergibles por el Océano Pacífico, desde Colombia a Oaxaca. Aquí era recogida por los propietarios. ¿De dónde salen en el gobierno estatal que somos una de las entidades más seguras del país, cuando ello demuestra que somos un sitio privilegiado para el tránsito de estupefacientes, que arriban a nuestro poroso litoral de más de 600 kilómetros? En la misma FGEO se reconoció hace algunos meses, que en territorio oaxaqueño operaban al menos cuatro o más cárteles de la droga. 

No se trata pues de poner en tela de juicio de manera permanente la información oficial y las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) sino de poner las cosas en su lugar, acorde a la percepción ciudadana del tema. No es fortuito pues, que insistamos en que el referido argumento es un mito, una genial impostura que se viene arrastrando desde hace al menos tres sexenios, lo que ha contribuido a que los responsables se regodean en dicha tesis y soslayen sus responsabilidades ante la ciudadanía. A diario aparece en los medios información sobre ejecuciones y homicidios con el sello indiscutible de la delincuencia organizada.