Concluyó otra visita
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

Concluyó otra visita

 


En lo que se estima es su visita 22 al estado, desde que asumió la primera magistratura, el presidente Andrés Manuel López Obrador estuvo el pasado fin de semana en territorio oaxaqueño. Ayer, presidió la ceremonia cívica del natalicio de don Benito Juárez en San Pablo Guelatao. Es la segunda vez, durante este año, que arriba para inaugurar obras, caminos rurales o evaluar algunos programas sociales. Nada de qué sorprenderse pues sólo se trata de mensajes y arengas a la Cuarta Transformación, cuando todo mundo sabe que el país tiene una economía hecha un desastre, hay carestía e inflación y la promesa de campaña de bajar el precio de las gasolinas resultó un fiasco. Pese al apoyo a su gobierno y a su persona en territorio oaxaqueño, en donde ha asentado parte de su simpatía, hay entre los diversos sectores sociales enojo y molestia. No hay que olvidar que no se ha cumplido a cabalidad la ley en torno a la veda electoral, que prohíbe giras de trabajo y otras, que incidan en la independencia del proceso que está en puerta.

Durante el largo período del hoy llamado “gobierno neoliberal”, cada visita del primer mandatario era un desfogue de alegría para los gobiernos estatales. El presidente venía no sólo a echar los logros obtenidos, jamás a alimentar más el encono entre los mexicanos, mucho menos a echarle la culpa de todo al de atrás. Venía con el propósito de conocer las carencias, las necesidades más apremiantes y dar una satisfacción inmediata. Así se lograron construir carreteras, puentes, escuelas, etc. Las visitas presidenciales eran, pues, algo más que una visita de cortesía sino un alivio para los más pobres y desprotegidos. Desde que inició el gobierno de la 4T nada hay de eso. Sólo escuchamos discursos sosos y los mismos rollos trillados de siempre.

Así como esta visita, seguramente vendrán más que no tendrán más que el sentido de sumarlas a las que ha hecho en dos años y cuatro meses de gestión, ante un país que presenta más negativos que progreso y desarrollo, cuyos problemas se ven de manera superficial y no con la premura de resolverlos. Seguiremos escuchando que Oaxaca tendrá muchos beneficios, pero no sabemos cuáles, pues si de las carreteras a la Costa y al Istmo que asumíamos estarían concluidas a la vuelta de la esquina, cada vez se observan más lejanas. Los oaxaqueños pues, seguiremos esperando las bondades del presidente López Obrador, sin que se concrete una sola de ellas.

Revés institucional 

Desde la sorpresiva renuncia de quien fuera Fiscal General del Estado, Rubén Vasconcelos Méndez, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, corrieron rumores de que se estaba disponiendo de un operativo político y de complicidades para imponer a un sustituto que tuviera como legado, la complicidad de grupos ligados al partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Es decir, que la procuración de justicia en la entidad, se pusiera al servicio de una cofradía política, de sujetos que han dañado a Oaxaca. Para consumar la farsa y aprovechar de la buena fe de los oaxaqueños, la llamada Comisión de Procuración y Administración de Justicia de la LXIV Legislatura del Estado, lanzó la convocatoria para que juristas oaxaqueños (as) se inscribieran para el cargo. Dieciséis abogados (as), unos con notables méritos académicos, como uno de ellos con doctorado en la Universidad Sorbonne de París, acudieron a inscribirse.

Sin embargo, la farsa estaba consumada desde las esferas de poder de la Federación, con los arreglos debajo de la mesa de grupos políticos locales, identificados con el senador Salomón Jara Cruz y con el incendiario de la capital en 2006: Flavio Sosa Villavicencio, autollamado: “El Demonio de Tasmania”. Y dicha confabulación tiene sentido, si recordamos que, desde hace más de un año, la bancada de Morena en el Congreso local, la mayoría de diputados (as) leales al senador serrano, tenían en la mira al ex Fiscal Vasconcelos Méndez, quien asestó duros golpes a presidentes municipales, que conforman lo que se ha llamado “El Cártel municipal”, leal a Jara Cruz. 

Uno de ellos, edil de Acatlán de Pérez Figueroa fue detenido, consignado y luego liberado, como responsable de desaparición de personas. La FGEO ejecutó cateos en su domicilio, encontrando un arsenal y elementos que permitían consignarlo. A poco de ser liberado, el edil fue ejecutado. Ahora, esta cofradía de ediles y presuntos delincuentes, podrán operar en absoluta impunidad. Tienen ya en la Fiscalía a alguien que vendría a proteger sus actividades ilícitas, que no llega, así como así al cargo, sino como producto de las complicidades y de los arreglos tras bambalinas, dejando atrás a verdaderos profesionales del derecho que cuentan además con algo: rigor académico, honestidad e imparcialidad.