Peligro en ciernes
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Opinión

Editorial

Peligro en ciernes

 


La politóloga Denise Dresser lo expresó crudamente en su cuenta de Twitter, hace unos días: “el gobierno que se jacta de no ser autoritario y cuyo lema es prohibido prohibir, quiere imponer permiso a Facebook/Twitter para operar en México y reglas para cancelar cuentas definitivamente. Así quiere callar a las benditas redes sociales. El gobierno de la 4T es igual a censura”. Y no le hace falta razón. Sin embargo, lo que este régimen de corte autoritario, omnímodo y con un Congreso sumiso, pretende, es atentar en contra de la libre expresión, un derecho constitucional forjado en décadas y décadas de lucha, que no eso, ni mucho menos, una gratuita concesión de un gobierno que, a más de dos años de haber iniciado, va dando tumbos. Ya ha dado muestras de ello al descalificar de manera sistemática a ciertos medios de comunicación impreso, con un peso específico en la opinión pública nacional. De aprobarse esta infamia, bien podremos decir que, con la pandemia a cuestas, México está bordeando el fascismo.

El asunto ha llegado ya a diversos organismos internacionales. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) advirtió el pasado martes en un comunicado, sobre los riesgos y las consecuencias del proyecto de ley anunciado por el oficialismo en México, para regular los contenidos en las redes sociales. La organización considera que su aprobación derivaría en limitaciones a la libertad de expresión en el área digital. Y menciona el anuncio que hiciera al respecto el senador Ricardo Monreal, quien lo hizo a través de las mismas plataformas digitales y precisó que lo presentará oficialmente al Senado en las próximas semanas. La iniciativa reformaría la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión y entre otros aspectos crea la figura de las “autorizaciones para los servicios de redes sociales”, establece la definición de redes sociales relevantes para aquellas con un millón o más suscriptores o usuarios, y prevé un sistema de sanciones y multas sobre los contenidos que los usuarios cargan a las plataformas.

El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Carlos Jornet, sostuvo que la regulación de las redes sociales es un tema complejo y requiere de los gobiernos mucha sabiduría, en especial cuando la legislación en lugar de establecer parámetros tecnológicos y de espectro, corre el riesgo de entrometerse en los contenidos de los usuarios, incluso imponiendo límites a contenidos que trascienden las fronteras del país.

 Demagogia y superficialidad

Cada vez se hace más patente la ignorancia, la torpeza y la frivolidad en el tema de la vacuna y el sobado programa de vacunación. El riesgo que advirtió la corresponsal del diario The New York Times en México, hace dos semanas, en el sentido de que, de salir bien librado el presidente Andrés Manuel López Obrador, del contagio de Covid-19, se hizo realidad. Ha minimizado aún más el gravísimo riesgo de la enfermedad. A pregunta de un reportero al volver a sus sofocantes conferencias de prensa matutinas, sobre el uso obligatorio del cubre-bocas, repitió la consabida frase que nos sabemos de memoria y que citamos en el segmento anterior: “aquí está prohibido prohibir”. En el caso de la vacuna, que ha ubicado a México en los últimos lugares del mundo, aunque el segundo en mortalidad, el doble discurso, la simulación, las “buenas noticias” o la “promesa cumplida”, siguen teniendo a los mexicanos sumergidos en la zozobra y el temor.

Y de una cosa podemos la certeza: el programa de vacunación está muy lejos de cumplir con las expectativas que a cada rato nos espeta en la cara el presidente de México. En el manejo de la pandemia, el régimen de la llamada Cuarta Transformación ha sido un soberano fiasco. Las cifras de contagiados y decesos ha superado el pronóstico catastrófico del que habló en marzo el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, a quien alguien calificó como “El doctor muerte”, habida cuenta de que, si bien ya no lo hace a diario, fueron meses en los que sólo daba cifras mortales. Pese a todo este panorama, López Obrador y su equipo de trabajo, continúan restándole importancia al mal, ignorando los miles y miles de mexicanos que han sucumbido.

Uno de los factores que mucho han influido en este rosario de torpezas y simulación es, el traslape de competencias. ¿Qué tiene que ver un Secretario de Relaciones Exteriores con la adquisición o no de las vacunas anti-Covid? ¿No es esto competencia de la Secretaría de Salud y de su titular, Jorge Alcocer? Lo más grave de todo ello es que la adquisición del biológico se ha sumergido en la opacidad, la discrecionalidad y el autoritarismo, dando la espalda a la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Gubernamental que, aunque este régimen abjure de todo lo que implica transparencia, sigue vigente.