Deforestación citadina
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

Deforestación citadina

 


Hace al menos una década, el arbolado urbano empezó a resentir los efectos negativos de las plagas. Hermosas jacarandas que durante la primavera vestían de flores moradas fueron las primeras en resentir la depredación de gusanos barrenadores y un parásito conocido como “picudo”. Perforaban raíces e interiores de troncos, de tal manera que las especies se iban secando hasta que ya era imposible su salvación. La Colonia Reforma quedó prácticamente desolada con el derribo de dichos árboles. Luego vendrían las afectaciones de centenas de palmeras que embellecían nuestras calles y avenidas. Era triste ver cómo doblaban sus ramas ante los efectos de la plaga, dejándolas inertes. Como medida preventiva, ninguna autoridad municipal movió un dedo para contratar especialistas y salvar dichas especies. Por el contrario, desde hace al menos dos años, empezaron a derribarse, dejando sólo troncos secos e inertes. Una tras otra, fueron cediendo ante las moto-sierras. El paisaje urbano se tornó triste.

No tardó mucho en que con el argumento de realizar una obra en el Periférico se cortaran decenas de ficus y otras especies a la altura de la Glorieta Lázaro Cárdenas. Pese a las denuncias ciudadanas, ninguna autoridad detuvo el daño. Con las intensas lluvias de los últimos tiempos, decenas de frondosos laureles se han venido abajo, como producto del viento y la fuerza de las tormentas. Notorio fue el daño al árbol que se encontraba en la Calzada Madero, frente a un hotel y que, según algunos ambientalistas era histórico. El pasado 15 de septiembre por la tarde, uno de los gigantescos laureles de la India que se ubicaba en la esquina frente a la Iglesia de la Compañía de Jesús, cedió ante la fuerza de la lluvia. Por fortuna y gracias a la suspensión del acto de “El Grito de Independencia”, no había personas ni hubo daños qué lamentar.

Luego de este evento, el presidente municipal de la capital, Oswaldo García Jarquín, en compañía de algunos de sus colaboradores más cercanos, llegó a constatar el daño y el retiro de los restos del árbol caído. El jueves 17, un segundo laurel tocó tierra en el mismo sitio, es el saldo de una persona herida. En efecto, nada tan urgente para nuestra ciudad que rehabilitar las zonas que se han deforestado y reponer las especies perdidas. En efecto, el daño viene de atrás, pero sería un buen mérito de su administración resarcirlo con un programa de reforestación.

Reiterada protesta

De manera profusa se publicitó, antes del pasado 15 de septiembre, la entrega de boletos de la Lotería Nacional, a funcionarios del Sector Salud, como un obsequio del gobierno federal –según se dijo- para apoyar a los hospitales en estos tiempos de Covid-19. Lo que sorprende es la indolencia de quien haya propuesto semejante aberración, pues lo que los nosocomios, médicos, enfermeras y pacientes requieren no eran billetes de sorteos, sino insumos médicos para enfrentar esta pandemia mortal, que sigue dejando un lastre de dolor y muerte. Los cartones publicados en algunos medios locales y nacionales han sido demoledores de esta realidad que, el llamado gobierno de la Cuarta Transformación pareciera estar en otra dimensión y no en la atribulada agenda mexicana. Los torpes y superficiales promotores del partido en el poder, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), se escudan en que la pandemia es un fenómeno mundial y no en el caso de México.

Desde la semana pasada tuvimos en la capital del estado diversas protestas de los trabajadores sanitarios. Miembros de la Sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salubridad y Asistencia (SNTSA), bloquearon sus oficinas sindicales para pedir el bono que les ofrecieron; los del ISSSTE hicieron lo propio para exigir medicinas e insumos para poder trabajar y cumplir con su tarea en la atención de los pacientes de las dependencias federales. En la capital de la República y en otras entidades del país, continúan las protestas de los familiares de los niños con padecimientos de cáncer, cuyas demandas de medicinas no han sido escuchadas y menos atendidas. Es infame la apatía del gobierno federal para atender este tema que, más tarde que temprano, se volverá un brutal boomerang para aquellos que hoy están en el candelero.

Es tal la incapacidad y torpeza que se respira en el gobierno federal que la adquisición de vacunas para el Covid-19, que se ha anunciado surtirán varios laboratorios y países, incluyendo los 32 millones de dosis de la vacuna Sputnik de Rusia, de Astrazeneca y laboratorios Moderna, de Estados Unidos, que la partida presupuestaria no figura en el Paquete Económico para 2021, aunque el presidente haya dicho luego que se disponen de 20 mil millones de pesos. Esta situación hace suponer que mientras se siga incrementando el número de decesos y contagios en el país, con un pésimo manejo de la pandemia, en el gobierno de López Obrador se le sigue apostando a la inmunidad de los mexicanos. La pandemia “no nos está tratando mejor”.