Un hecho histórico
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Editorial

Un hecho histórico

 


Hoy es un día importante para los mexicanos. Se celebra el 210 aniversario del inicio de la Revolución de Independencia, encabezada por el cura de Dolores Hidalgo, Guanajuato, Miguel Hidalgo y Costilla que, al frente de un nutrido grupo de criollos e indígenas, sentó las bases para la constitución de una nueva nación, separada de la Corona Española. La lucha inicia, justamente, con el mensaje que el cura pronuncia en la noche del 15 de septiembre, plagado de expresiones como los vivas a la Virgen de Guadalupe, a la Iglesia Católica y las arengas en contra del mal gobierno, de la imposición de peninsulares y no de criollos. La verdadera revolución iniciaría al día siguiente. En el contexto histórico hay que destacar la invasión a España por parte del ejército de Napoleón Bonaparte, que fue la señal inequívoca para buscar la independencia de lo que hasta entonces se llamó, Virreinato de la Nueva España. 

Lo que se ha llamado “Grito de Independencia” fue un acto revolucionario liderado por el cura Hidalgo y los capitanes Ignacio Allende y Juan Aldama. Este fue motivado por el descubrimiento por parte de las autoridades españolas de la Conspiración de Querétaro, movimiento que fue formado con el objetivo de alzarse en armas contra las autoridades españolas en pro de la independencia de México. Según datos históricos disponibles en Internet, los rebeldes tenían previsto levantarse en armas el 1 de octubre de 1810, pero el 13 de septiembre fueron descubiertos por un infiltrado que informó al gobierno realista de los planes insurgentes. Doña Josefa Ortiz de Domínguez, en cuya casa se reunía el grupo conspirador, pudo advertir a Hidalgo que el movimiento contra el virreinato de Nueva España había sido descubierto, lo que impulsó que se adelantara la insurrección.

Las condiciones de emergencia sanitaria que prevalecen en el país harán que la ceremonia de “El Grito”, como se hacía de manera tradicional, no sea hoy en día lo mismo. Desde hace un par de semanas el ejecutivo estatal, Alejandro Murat anunció que la citada ceremonia, habría de celebrarse sólo de manera simbólica y estrictamente cívica. Con ello se trata de evitar concentraciones masivas de personas, que anualmente acuden al zócalo de la capital. Ello no obsta para que esta fecha y el día de mañana, sean recordados nuestros héroes y Símbolos Nacionales, que representan hoy nuestro más importante referente histórico, para ubicarnos como Nación independiente y soberana.

Protesta feminista

Desde hace unos días ha trascendido que este día los grupos y colectivos feministas, realizarían una protesta para poner, de nueva cuenta, en la agenda política, la violencia que se ha volcado sobre las mujeres en los últimos tiempos, así como la forma tan superficial en la que tanto organismos de derechos humanos, como es la CNDH o el mismo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, han visto este tema. En Oaxaca, la situación no es halagüeña. A casi dos años de haberse aprobado la alerta de violencia de género en decenas de municipios de la entidad, el resultado ha sido más bien penoso. Grupos defensores de los derechos de la mujer contabilizan al menos 127 feminicidios, 241 desapariciones de mujeres jóvenes y 784 agresiones, es decir, cifras preocupantes que de ninguna manera pueden ser soslayadas por las autoridades. Hay, asimismo, un gran rezago en materia de casos que no han sido esclarecidos, que tienen a mujeres como víctimas.

Existen casos en los que, por fortuna, los presuntos responsables de desapariciones y feminicidios, están ya bajo proceso, como es el de un sujeto detenido en Tuxtepec, quien confesó haber engañado al menos a dos jóvenes, vía redes sociales, con la promesa de un trabajo, para posteriormente abusar de ellas, asesinarlas e inhumar sus restos de manera clandestina. Sin embargo, las protestas exigiendo la aparición de otras, que podrían haber corrido la misma suerte, están a la orden del día, así como la exigencia de madres de familia que insisten en la detención y consignación de los asesinos de sus hijas. Oaxaca –y ello no es un secreto- desde el gobierno pasado se perfiló como una de las entidades en donde más feminicidios se han cometido en el país.

La sociedad oaxaqueña espera que la protesta que se presume se llevaría a cabo hoy, como lo han anunciado los grupos feministas y colectivos que luchan en contra de la violencia de género, sea de manera civilizada. El vandalismo es una especie abominable que sólo ha provocado repudio ciudadano. Sin duda, exigir a las autoridades investigar dichos ilícitos, aplicar los protocolos para evitar la violencia de género y hacer realidad una vida libre de violencia para la mujer, es una causa justa que tiene el respaldo ciudadano. No hay pues que contaminarlo con acciones que puedan ser calificadas como fuera de la ley o propias de vándalos y anarquistas, que atentan no sólo contra el patrimonio público sino contra la sociedad en general.