Covid-19: Crecimiento preocupante
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Editorial

Covid-19: Crecimiento preocupante

 


El llamado de las autoridades estatales y municipales para cumplir con los protocolos de prevención y “quedarse en casa”, lo más que sea posible, para evitar la proliferación de contagios de este gravísimo virus, no son fortuitos ni descabellados. Es la única alternativa para que la ciudadanía se proteja. Desde que un Juez de Distrito echó para abajo el decreto del gobernador Alejandro Murat, respecto a medidas severas para contener el mal, hoy en día no se trata de imponer sanciones que puedan ser concebidas como abusos, atropellos o violación flagrante a los derechos humanos, sino de labor de convencimiento y toma de conciencia. El sistema hospitalario de Oaxaca tiene notables carencias para atender un crecimiento inédito de pacientes que requieran atención. Es más, hay carencias elementales en hospitales y centros de salud, con lo que podemos concluir que, de seguir creciendo los casos positivos, los nosocomios que atenderán esta emergencia serán insuficientes. Es lo que el gobierno trata de evitar con los insistentes llamados a no bajar la guardia.

Existen aún personas que dicen a quien quiera escucharlas, que el Covid-19 es una invención; que no existe y que, por tanto, ellos no se disciplinan para usar el cubre-bocas ni, mucho menos, dejarán de hacer lo que les venga en gana. Con todo lo que hemos visto en los medios impresos, electrónicos y redes sociales, solamente la torpeza y la ignorancia permiten cerrarse a una realidad. Son tan torpes que no han asimilado que, en Oaxaca, sólo en las dos últimas semanas, los contagios se han multiplicado. Han crecido de manera exponencial. Cada día más municipios se agregan a la lista de los lugares en donde se han dado contagios. Sólo el viernes 26 de junio se agregaron más de 200 nuevos contagios y 22 muertes. Ya hemos superado los 5 mil casos de contagios y desde la semana anterior, los 550 muertos.

Pero lejos de entenderlo, todavía vemos a diario protestas, bloqueos carreteros y fiestas patronales, como en San Pedro Ixtlahuaca, contrarias a la prevención. La toma de casetas de cobro y las marchas para pedir audiencia con el gobernador, han sido el pan de todos los días. Desde el inicio de la contingencia se invitó a las autoridades municipales y religiosas a evitar la celebración de sus fiestas patronales que, si bien es cierto que están arraigadas en los usos y costumbres, deben evitarse a toda costa por la concentración de personas de todas las edades. Ojalá algunas lo entiendan.

Periodismo en la mira

Un personaje muy influyente en los ánimos del presidente Andrés Manuel López Obrador, John Ackerman, ha estado en el eje de la crítica en los últimos tiempos, sobre todo por sus ataques arteros y cobardes en contra de los medios de comunicación. El académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), articulista y autor de varios libros, todos desde la izquierda, no ha perdonado que, de ser un ícono de la Cuarta Transformación, junto con su esposa Irma Eréndira Sandoval, titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP), enarbolando una falsa limpieza y honestidad, hayan sido exhibidos por un colega periodista, al publicarles la lista de propiedades que tienen ambos, adquiridas en un tiempo inédito. El viernes de la semana pasada, muchas voces le reviraron a Ackerman, cuando comparó a los periodistas, con los sicarios que pretendieron asesinar al Secretario de Seguridad Pública del gobierno de la Ciudad de México, Omar García Harfuch.

En efecto, nunca como hoy la libertad de expresión ha estado en mayor riesgo, en comparación de cualquier otra etapa de la historia del país. Decir o desafiar; cuestionar o poner simplemente en tela de juicio el mensaje, el discurso o las políticas de un régimen, es señalado como afrenta; una amenaza a la paz pública o un desafío al gobierno en turno. En pocas palabras, cualquier intento de pasar por el rasero de la crítica los excesos, arrebatos, diatribas u ocurrencias del presidente de México –que las hay y muchas- o de algunos de sus cercanos, es motivo suficiente para que se ponga en marcha un aparato contratado ex professo para desacreditar, injuriar o descalificar a quienes asuman el desafío de criticar al gobierno de la 4T. Estar bajo la lupa de los nuevos Torquemadas de la Cuarta Transformación, ciertamente ha sido un reto para la vigencia de una libre expresión, que es sometida al escrutinio de la censura, como una vil dictadura.

Sin especificar casos, que los hay y muchos, lo único que vale hoy en día es la apología, los panegíricos, la crítica está vedada. Lo que vale es reproducir sin puntos ni comas de aquel que, desde el podio presidencial, lleva la voz y aplaudir aún las cosas más torpes y absurdas, como la construcción del Tren Maya, la Refinería “Dos Bocas” o el Aeropuerto de Santa Lucía, por encima de la prioridad que implica salvar la vida de millones de mexicanos que podrían ser víctimas del Covid-19 o dar una respuesta a los miles de damnificados en Oaxaca y capitales como la CDMX, por el sismo del pasado 23 de junio.   


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