Sin planes para el retorno
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Editorial

Sin planes para el retorno

 


El pasado fin de semana circuló un documento titulado: “Plan para el retorno seguro y ordenado a la actividad laboral”, dirigido particularmente a los trabajadores y funcionarios de la administración pública estatal, partiendo de la premisa de que la prioridad, en todo momento, es preservar la salud y la vida de los oaxaqueños, sin soslayar el necesario funcionamiento del aparato gubernamental. El documento, que tiene en propósito de ser negociado con la dirigencia de trabajadores sindicalizados, reconoce tácitamente que, nos encontramos aún en semáforo rojo, lo que implica que, si bien se está en preparación del retorno, el eje de la seguridad lo constituyen los mecanismos de prevención y cuidado. El documento que, aunque no fue presentado de manera oficial, documenta con cifras y gráficas la realidad burocrática del gobierno de Alejandro Murat, representa, en efecto, la esperanza de que la emergencia que estamos viviendo pase a una etapa de menor letalidad, para retornar a esa nueva normalidad de que se ha hablado desde hace semanas. 

Sin embargo, el mismo gobernador Murat Hinojosa, sostuvo el pasado fin de semana que seguimos en emergencia. Por tanto, el referido plan es sólo un propósito a mediano plazo, pues contempla un retorno escalonado de los trabajadores, protegiendo a aquellas personas mayores de 60 años, discapacitados y mujeres embarazadas, para que laboren desde sus hogares y no exponerlos a contagios y decesos. Asimismo, según lo indica con gráficas e infografía, será progresivo, atendiendo las previsiones sanitarias pertinentes, como es la fumigación, conocida como sanitización, el programa de la sana distancia en oficinas y áreas de servicios al público, así como el obligado uso de cubre-bocas y el gel anti-bacterial en todos los espacios que frecuenten los y las trabajadoras, así como el uso de filtros para desinfectar y la medición cotidiana de temperatura. Sin duda pues, se contemplan de manera enérgica todas las medidas de prevención para evitar la diseminación de contagios y de protección a la planta laboral de la administración pública estatal.  

Esperamos que este plan no sea visto como una panacea momentánea de esta crisis. No es un secreto –como lo abordamos en el siguiente espacio editorial- que aún seguimos en las mismas y que no se ve para cuándo saldremos de ella. Estamos ciertos de que es necesario reactivar las actividades productivas y las funciones de gobierno. Miles de trámites oficiales se han visto suspendidos por la contingencia y hay que retomarlos. Esperamos que cualquier medida encaminada a la nueva normalidad no sea un paso en falso.

Covid-19 no da tregua

Por el crecimiento en el número de contagios y decesos en Oaxaca, se entiende que las cosas no han cambiado ni, mucho menos la pandemia se ha aplanado, menos hemos entrado en una situación de descenso o que estemos en vías de llegar al semáforo amarillo. La pandemia Covid-19, sigue haciendo estragos entre los oaxaqueños, superando desde la semana pasado los 4 mil contagios y los 450 decesos, una cifra, sin duda alguna, triste y preocupante. Más municipios han ingresado a los que registran contagios. Hablar de aquellos que con eufemismo fueron calificados como “de la esperanza” es una broma de mal gusto. Pese a ello, los ambulantes regresaron de nueva cuenta al Centro Histórico de la capital desde el jueves de la semana pasada, luego de haberse replegado, justamente, por la gravedad de la pandemia.

Y es que hay datos contradictorios, respecto a cómo ven las autoridades federales la emergencia y la información que maneja a diario el doctor Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la SSA, de la que ya pocos dan crédito, ante la confusión que ha generado. Para muchos mexicanos haber puesto la mitad del país en semáforo amarillo, representa una irresponsabilidad y un gravísimo riesgo de repunte del coronavirus. Para otros, ya era necesario. Sin embargo, en días pasados México alcanzó niveles de contagio y muerte que lo hicieron aparecer como una nación en donde no se ha hecho lo correcto en materia sanitaria. Mientras se insiste en el eslogan de quedarse en casa, el mismo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador es quien pone en desorden, sin cubre-bocas y exhibiendo por doquier una especie de inmunidad respecto al citado mal.

Lo cierto es que, en nuestro estado, las cosas siguen sin cambios sustanciales para mejorar. La movilidad se ha incrementado, siguen miles en las calles sin tomar la sana distancia ni, mucho menos, cumplir con algunos protocolos de protección y prevención. Uno de los factores que han incidido en ese crecimiento en contagios y muertes es la ignorancia en ciertos sectores de la sociedad y comunidades oaxaqueñas en las que sigue pesando la mala información que han escurrido algunos para evitar las acciones de fumigación o la aplicación de medidas sanitarias, además de la resistencia en algunos mercados y tianguis –no todos, por supuesto- principales focos de contagios.

 


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