Contra energías limpias
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Editorial

Contra energías limpias

 


Mientras en el mundo, muchos países les apuestan a las energías limpias, a aquellas estrategias para paliar el cambio climático y hacer un entorno más sano, México parece estar dándole la espalda. Desde el principio de año, el gobierno de la llamada Cuarta Transformación no ha cesado en su intento por golpear a las empresas que generan energía eólica o fotovoltaica. Primero fue el madruguete de la Secretaría de Energía a través del Centro Nacional de Control (CENACE), para limitar los nuevos proyectos de energías renovables y seguir abriendo el camino a las energías sucias, como el combustóleo o el carbón, para la generación de electricidad. Un evidente móvil político se ha dado de manera tendenciosa y perversa, para devolver a la Comisión Federal de Electricidad el monopolio de la energía. El Poder Judicial de la Federación, en el ámbito de competencia económica, ha echado para atrás dicho propósito y emitió suspensiones provisionales. Pero los revires políticos están a la orden del día.

En el Istmo de Tehuantepec operan 28 parques eólicos y nuestra entidad encabeza la lista de estados que producen energías renovables. Existen, además, cinco proyectos que están en marcha, con una inversión de más de 1 mil 500 millones de dólares, los cuales han sido validados por las consultas comunitarias de pueblos istmeños, independientemente de que generan empleos directos, indirectos y beneficios económicos a los pequeños propietarios que decidieron rentar sus predios. Dado que el problema son las líneas de transmisión, que necesariamente tienen que ocupar las de la paraestatal, en abierto desafío a las resoluciones del Poder Judicial, de nueva cuenta la CFE asestó hace unos días, un nuevo golpe. Incrementó, de manera subrepticia, hasta en un 775% las tarifas de transmisión de energías renovables, producida por plantas privadas construidas antes de la Reforma Energética de 2013. El tema se ha convertido en una obsesión enfermiza; en una venganza, tan comunes en estos tiempos.

Es importante reconocer que la mayoría de las empresas que generan energía eólica es extranjera. Pero han contribuido con sus inversiones, a aprovechar el rico potencial que tenemos de viento en el Istmo, para generar la electricidad que ocupan grandes y medianas empresas nacionales y extranjeras. Esperamos que no sea un paso en falso más que se da, en este propósito insano para golpear las energías renovables y que México retroceda, para volver a los recursos fósiles, superados en la mayor parte del mundo democrático. 

Ignorancia impone su ley

Uno de los factores que ha influido para que en Oaxaca tengamos un crecimiento inusual de contagios y muertes es la ignorancia que prevalece en algunas comunidades. Hace al menos un mes, un grupo de personas azuzaron a los vecinos de San Antonio de la Cal para que arremetieran a golpes en contra de una brigada que había sido contratada para fumigar sitios comunes de dicha población conurbada. El presidente municipal no se salvó de insultos y agresiones verbales, pues a juicio de los ignorantes, la fumigación era para diseminar el Covid-19. Nada más lejos de la realidad. Ayer viernes, esta comunidad amaneció con 92 casos positivos. Pese a la campaña que han desarrollado las autoridades para convencer a la población y sacar a los ignorantes de su letargo, hay personas aún que insisten en que el virus no existe y, por tanto, es una invención.

El pasado lunes se desató un verdadero zafarrancho en la comunidad de los Valles Centrales, de San Dionisio Ocotepec. Vecinos arremetieron en contra de la policía municipal por razones similares. Que las brigadas de fumigación habrían de “esparcir el virus para matar a la gente”. Esta comunidad no ha estado exenta de contagios, sin embargo, la ignorancia sigue tomando carta de naturalización entre nuestra ciudadanía. Ello ha sido causa de que en México se hayan disparado tanto las estadísticas y seamos a nivel mundial, uno de los países con mayor índice de letalidad. Y los seguimos viendo hoy mismo en las calles y mercados, ahora que se ha vuelto a una supuesta normalidad. Personas sin cubre-bocas, sin cumplir con la sana distancia, tal como lo mencionamos en nuestras páginas el pasado martes.

Sin duda que es una tarea titánica borrar de la mente de los ignorantes, que el nuevo coronavirus es una realidad, que es mortal y que hay miles de experiencias en el país y cientos de familias en Oaxaca que pueden dar cuenta de ello. De poco en realidad sirven las campañas publicitarias para aquellas mentes cerradas, medievales, que se asumen impunes al mal. Y lo peor es que en sus círculos sociales o familiares dejan escurrir datos falsos, fake news, respecto a este mal. Ello es motivo de aglomeraciones, protestas y concentraciones que son el principal foco de contagios. Es lamentable que a más de tres meses de haberse decretado la emergencia sigamos arrastrando ese lastre de cerrazón y estupidez.