Cuide el aguinaldo

Llegó diciembre y una etapa de fiestas y alegrías. Han pagado los aguinaldos en varias empresas y junto con esa alegría han subido los precios al consumidor. El aumento se aprecia en que los restaurantes tienen cartas o menús nuevos con nuevas tarifas y en el comercio en general los cárteles de propaganda que se han sacado para esta temporada tienen ya nuevos precios. La inflación no para.

El mundo entero ha padecido un proceso inflacionario como que no se había visto en los tiempos modernos. Como un efecto de la pandemia mundial nos enfrentamos todavía varios países a un proceso inflacionario que puede destruir en poco tiempo los bienes que han construido las personas. La inflación acaba con los capitales, destruye el bienestar de las sociedades y limita las posibilidades de desarrollo de las personas.  Con la inflación se acaban los privilegios de muchos y se empobrecen aún más las mayorías depauperadas. 

Con la pandemia se inició el paro de algunas actividades económicas agrícolas industriales cuyo resultado estamos viendo ahora con la falta de medicamentos alimentos, bienes de consumo. Repentinamente no llegaron los alimentos a los mercados empieza un alza de precios generalizada, no hay consumos, no hay artículos para comparar los precios suben y el dinero pierde su valor. Algunas empresas han hecho cálculos de que será a finales de 2024 cuando alcancen el nivel que tenían antes de la pandemia y se estabilice la economía.

Los gobiernos combaten la inflación de acuerdo a sus condiciones económicas y políticas en unos países se establece el control de precios, En Europa han podido controlar la inflación que se mantiene hasta estos momentos en dígitos de una sola cifra, en México tenemos una inflación reconocida por el gobierno de 4.5, gracias a que se tomó como medida estratégica subsidiar los energéticos e impedir que estos subieran el precio, los energéticos tiene un efecto multiplicador y como ocurrió en los Estados Unidos la inflación se disparó más allá de lo previsto por lo que el gobierno del presidente Biden ha tenido que hacer un llamado a todos aquellos que tienen que ver con la venta y transporte de energéticos para que no se aprovechen de este proceso limiten sus ganancias y piensen en el bien común. Todo parece indicar que las compañías más fuertes de energéticos han utilizado este proceso para recuperar lo que no ganaron en los años anteriores cuando estaba la pandemia del coronavirus.

En América latina donde se dio un cambio de gobiernos ganando en las elecciones los partidos de izquierda la inflación se ha disparado en algunos estados como Chile Argentina y Lima países que ya de por sí tenían economías frágiles con deudas públicas muy altas y que ante las crisis que planteó la pandemia se reflejan ahora en la economía con inflación, problemas de crédito y falta de importaciones y exportaciones.

En Oaxaca hemos tenido un altísimo índice de inflación. Constantemente asisto a restaurantes y en las últimas semanas me han llevado cartas con los platillos que ofrecen haciéndome una advertencia: que los precios han subido entre un 20 o 30 por ciento que no tienen las nuevas cartas pero que yo elija el plato Y el mesero me dirá cuál es el nuevo precio que tiene el aumento está me dicen entre un 20 o 30% con lo cual he tenido que salir de los restaurantes por qué esos precios desquician mi economía. Oaxaca tradicionalmente es una ciudad que inclusive presume de ser una ciudad cara porque es una ciudad turística, siempre que uno pregunta porque es tan caro el precio, me dicen porque es turística, lo cual es cierto, pero hay más de 1 millón y medio de personas en Oaxaca y la zona aledaña que no son turistas y los comerciantes quieren imponernos distintos aumentos.  Un producto tiene dos o tres precios distintos de acuerdo con el comprador, si es un turista y sólo va una vez a comprar le clavan los puñales del alza de precios y le venden 20 o 30% más caro, si es un entrecomillado marchante el precio seguramente será más bajo.

El comercio de Oaxaca utiliza precios diferenciados y eleva estos, indiscriminadamente.  No hay nadie que limite o establezca zonas de tolerancia en la falta de precios, sino que tenemos un comercio arbitrario, abusivo, empezando por los taxistas que determina los niveles de inflación que tiene esta sociedad. Lo más trágico es que no hay ninguna autoridad que pueda detenerlos, como vivimos una economía de mercado donde quien dicta los precios es la demanda y quien establece las relaciones comerciales es el mercado, los comerciantes son absolutamente libres para imponer el precio que quieran, Si intervienen las leyes del mercado, pero estas son muy laxas y la mayoría de las veces no atienden las demandas y necesidades de los consumidores sino las ambiciones y arbitrariedades de los comerciantes. Lamentablemente nos hemos acostumbrado a vivir una economía muy cara en relación con los otros estados del país. Recuerdo que hace algunos años había yo regresado de un viaje muy largo por varios países europeos y entré a comer a un restaurant aquí en Oaxaca cuando me llevaron la cuenta casi me da un infarto los precios eran más altos que en un restaurant del mismo tipo y calidad que un restaurante de París o de Madrid se lo comenté al gerente quien después de sonreír por las ganancias que había recibido ese día me contestó con la frase somos una ciudad turística. Si bien es cierto que somos una ciudad turística seríamos una ciudad más importante en ese ramo si cuidáramos nuestra imagen en materia de precios el turista cuando regresa a sus países cuenta que ocurre en Oaxaca y uno de los temas frecuentes son los altos precios de los servicios.