Distribuir la riqueza
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Opinión

Debates y Deslindes

Distribuir la riqueza

 


Uno de los problemas de los gobiernos de cualquier país es buscar mecanismos que permitan distribuir la riqueza para crear condiciones que permitan el bienestar de los gobernados. En los países en vías de desarrollo, como el nuestro, los gobiernos inventan fórmulas administrativas para distribuir la riqueza y propiciar el desarrollo, la experiencia demuestra que se gastan nueve pesos en el mantenimiento de esos organismos y se distribuye uno. Se crean pesados aparatos burocráticos que benefician solo a una fracción mínima de la sociedad. 

Así ha pasado con las diversas instituciones como las antiguas “Progresa” o Solidaridad”, que con grandes burocracias se convierten en fórmulas diversas de corrupción que enriquecen a una élite. Estos organismos eran caldo de cultivo para la corrupción concentraban los bienes en un área bajo normas laxas y discrecionales, que permitieron junto con las obras públicas, crear unos cuantos millonarios cada sexenio. 

Los encargados del bienestar social, eran los principales creadores del malestar social, por la corrupción que representaba, los favoritismos, la falta de soluciones y los problemas que representaba la distribución de los recursos, los cuales quedaba entre los grupos de familias privilegiadas. 

En el socialismo se busca acabar con las elites económicamente poderosas y en el capitalismo se busca fortalecerlas. En los modelos neoliberales no existe la distribución de la riqueza como un objetivo primordial, de tal manera que cada quien arrasa con lo que puede y se convierte la vida social en una lucha de todos contra todos. Eso nos ha convertido en una sociedad donde el 90 por ciento de los recursos, los detenta el 3 por ciento de la población, una élite privilegiada y el resto se distribuye en el otro 97 por ciento de la población.

Ese es el dilema entre socialismo y capitalismo y a partir de esas fórmulas se han inventado una serie de modelos, de medias tintas y distintos colores donde eufemísticamente se busca el bienestar de la población. 

Durante más de 30 años tuvimos gobiernos de corte neoliberal que favorecieron a los capitales nacionales y extranjeros, convirtieron deudas privadas en deudas públicas, vendieron el patrimonio nacional, corrompieron los sistemas administrativos y judiciales para tener absoluta impunidad. 

La cuarta transformación empezó a limpiar de corrupción el modelo neoliberal y obliga a que cada grupo social cumpla con sus obligaciones fiscales, cívicas y sociales, todos aquellos que tranquilamente vieron como nos despojaban los gobiernos  panistas y priistas gritan desesperados en contra de las medidas del gobierno, que ya se están terminando y  que lo único que quiere es desarrollar las zonas más atrasadas del país, beneficiar a los más pobres con entregas directas y sin intermediarios, recuperar Pemex que es la industria nacional por excelencia y propiciar el desarrollo del sureste mexicano.

En fin, estamos en el último año de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador. Por lo pronto se han vuelto realidad nuestras esperanzas.

Bibliotecas

Siempre que puedo cuento esta anécdota.

Hace aproximadamente 25 años, mi madre, que fue maestra rural más de 65 años, realizó una limpieza en su biblioteca y sacó cerca de 500 libros que había leído y que quería regalar. Decidió donarlos a la biblioteca de la escuela de Ejutla de Crespo, Oaxaca, en donde ella había nacido. Hicimos el viaje y al llegar a Ejutla preguntamos por el maestro y las autoridades municipales para hacerle entrega de los libros. Aparecieron dos personas y ante un grupo de la comunidad hicimos entrega de las cajas de libros. Nos firmaron unos recibos por las cajas y ahí pensamos que se había acabado la aventura. 

Años después, en el mercado de libros viejos de La Lagunilla, en la Ciudad de México, que constantemente visito, encontramos, mi madre y yo, que parte de los libros que habíamos regalado estaban a la venta, habían recorrido nuevamente 600 kilómetros distantes de las bibliotecas donde los habíamos destinado. ¿Quién fue?, la autoridad municipal, los maestros, rateros profesionales, ¿qué raro que roben libros? No lo sabemos, sólo que esos libros se convirtieron en una muestra de la rapiña que ocurre en las escuelas de nuestras comunidades rurales.

Viene todo esto a cuento porque leí hace tiempo que se inició una campaña para crear una red de bibliotecas comunitarias en Oaxaca. No supe más de este anuncio. Hay que estar muy pendientes de qué pasó y de que esos amantes de los libros ajenos no traten de vender los libros de las bibliotecas que ahora quieren instalar. Los libros y las bibliotecas deben ser considerados bienes públicos. 

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