La transición: Un déjà vu
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Opinión

De Paradojas y Utopías

La transición: Un déjà vu

 


1).- Burbujas y comparsas

El circo de la transición se repite cada seis años. Su precisión es cronométrica. La comisión de entrega-recepción es una foto congelada. Caras largas de los que se van; rostros sonrientes, circunspectos, tiernamente ridículos, de quienes asumen llegar a su nuevo feudo. Los primeros sorbieron de la ubre seis años; los otros apenas se afilan las uñas. Colbert, el ministro de Luis XIV, se frotaba las manos cada mañana cuando llegaba a su mesa de trabajo. Pensaba que toda Francia dependía de lo que maquinaba en su oficina. El 5 de octubre, el gobernador electo Salomón Jara llegó con un séquito de colaboradores cercanos, operadores financieros, aduladores, socios, mentores y familiares. Los vaticinios y especulaciones no se hicieron esperar. Para muchos es el gabinete ex officio.

En nuestro medio carretonero se asume de manera equivocada que, un sexenio es una monarquía perpetua. Y ante el gobernante se da sometimiento, docilidad, sumisión y hasta la adulación se convierte en una actitud vergonzosa y patológica. Así seamos una entidad con niveles altos de pobreza, al depositario futuro del poder político, se le crea un halo místico. La simulación y el gatopardismo como oráculo y patrón. Oaxaca no se percibe como una entidad con retos, desafíos y esperanzas, sino como una veta de oro; un ominoso coto de poder; un cofre abierto para llenar las alforjas. Inevitable la frase de Lord Acton: “el poder siempre corrompe”. Y el poder absoluto corrompe absolutamente.

2).- Todo cambia para seguir igual

Napoleón apuntó: “Sólo se puede gobernar a un pueblo ofreciéndole un porvenir. Un gobernante es un vendedor de esperanzas”. (José Antonio Marina, La pasión de poder. Teoría y práctica de la dominación, Anagrama, Barcelona, 2008, p. 74). Ante los desvaríos de Sancho don Quijote le espetó: “los oficios y grandes cargos no son otra cosa que un golfo profundo de confusiones” (Ibídem). En el nuevo equipo, lo que hemos visto hasta el momento es inexperiencia y falta de tablas. Son contados los que han hecho carrera en el sector público. Ex diputados (as) locales, legisladores (as) en funciones, ex presidentes municipales, dirigentes de organizaciones sociales que, desde la izquierda o fuera de ella, han pervivido del golpeteo al gobierno. No han servido en el mismo, pero sí se han servido del mismo.

Porque una cosa es la lealtad y otras, muy diferentes, la eficiencia y el desempeño en la tarea encomendada como servidores públicos. Empero, entre los apuntados se observa que habrá serviles, oportunistas, trapecistas, tránsfugas, pero, sobre todo, novatez. “Si las cosas se entregan a nuestra merced —se preguntaba el imprescindible M. de Montaigne— ¿por qué no cambiarlas o adaptarlas en beneficio nuestro? (Ensayos (I), Cátedra, Madrid, 2019, p. 91). No todos van a permanecer en el barco. Menos hasta que éste llegue a puerto. Unos entran con grandes bríos y a poco terminan resentidos y destripados. Entrada de caballo y salida de burro, dicen en mi tierra.

3).- Los gajes del oficio

Muchos arriban soberbios, casi levitando, para terminar a poco despanzurrados. Habrá activistas de campaña que no “serán invitados a la mesa del Señor”. Los virreyes y hombres fuertes, se regodean pontificando y compartiendo migajas de poder. Nada más se sienten insatisfechos y terminan como Bruto acuchillando a Julio César. Se convierten en los peores detractores. Ejemplos los hemos tenido en los últimos cuatro sexenios. De Thomas Hobbes aprendimos que el poder es un ansiolítico. Crea dependencia, adicción. Por ello, vulgarmente se dice que a los inteligentes los marea y a los tontos los embrutece. Más si nunca han tenido un cargo público, porque una cosa es ganar elecciones, otra es gobernar.

La pasión de poder —y tener— deslumbra, enajena, esclaviza. Manejar la obra pública, plazas, presupuesto, guaruras, choferes, vehículos, oficinas y el patrimonio gubernamental, ciertamente es una gran tentación. Motiva ansiedad y vigilia nocturna. ¿Austeridad republicana? Hay que ir deshilando todo lo que se ha publicado del informe del grupo de hackers “Guacamaya” para darse cuenta que la lucha contra la corrupción y toda esa faramalla, ha sido la infamia más genial inventada por Morena y la 4T. Esperamos que Oaxaca sea la excepción.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL: 

— Dado que el sol sale para todos, bienvenidos sean los nuevos medios impresos, audiovisuales, digitales, diarios, semanales, mensuales. Oficialistas o críticos; neoliberales o transformadores; chayoteros u honestos y sin mácula; fundamentalistas o conservadores. Pero que no vengan a pontificar con un buen periodismo o traslapar éste con propaganda goebbeliana. Si los grandes imperios —Roma o Bizancio— cayeron por las torpezas de sus gobernantes, no seremos la excepción. 

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