Xenofobia.- Rechazo a lo extranjero
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BARATARIA

Xenofobia.- Rechazo a lo extranjero

 


“La presencia de migrantes ha ocasionado ya problemas en el estado. Se han registrado asentamientos en Ixtepec, en Juchitán. Llegan los migrantes, se establecen en áreas públicas, enfrente de casas. Hacen sus necesidades ahí…Nos están ocasionando conflictos”, señaló ayer el marino Iván García Álvarez, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana en Oaxaca.

A los funcionarios del gabinete de (in)seguridad les molesta mucho que la realidad les plantee cara y contradiga a sus presuntos “éxitos” en el combaten a la delincuencia. Tanto al secretario de Gobernación, Jesús Romero, como a la exlideresa de la Unión General Obrera Campesina y Popular en Oaxaca, Karina Barón, devenida en policía estatal y a Iván García, el mismo que mientras bailaba en la Guelaguetza le sembraban muertos en diversos puntos del estado, les causa escozor las cifras crecientes de delitos cometidos en Oaxaca.

Para ello está el enfrentamiento directo con medios que no comulgan con el punto de vista, por ejemplo, de Romero López y, de inmediato, retoma el socorrido discurso de culpar a los adversarios de “manipulación de datos”.

Sin embargo, García Álvarez recurrió ayer a otra salida fácil: achacar o culpar a los migrantes del repunte de inseguridad en el Istmo de Tehuantepec, la descomposición social “hacen sus necesidades frente a las casas” y, entrados en gastos, le hizo un favor a la Alma Lília Velasco, de la SSO al achacarles, también, el repunte de enfermedades.

Es cierto todo ello, pero solo es una parte, no lo dudamos. La xenobia es la salida fácil para explicar o culpar a agentes externos de problemas a los cuales no les hemos hallado solución, no hemos enfrentado o somos incapaces de darles salida satisfactoria.

Sin embargo, el paso de extranjeros, migrantes, de personas que buscan una mejor vida que no encuentran en su país solo han venido a exacerbar los problemas que ya existían en el Istmo de Tehuantepec, no busquemos culparlos de todos nuestros males. No de la inseguridad, la carencia de estrategia para enfrentarla o que, producto de la desesperación, los migrantes sean cooptados por el crimen organizados.

Los grupos criminales ya están ahí, se les ha dejado crecer de manera cómplice y ven a migrantes como jugoso bocado para engrosar las filas y los extranjeros una salida, quizá errada, a la situación desesperada.

Y qué ¿las autoridades están cruzadas de brazos?

No, andan en campaña.

Primero de julio. En un mototaxi azul son retirados los cuerpos de dos hombres ejecutados horas antes en Juchitán. El mototaxi luce la leyenda de Organización Santa Cruz 3 de Mayo FUCO, (Frente Unido de Comunidades Oaxaqueñas) que, apenas en mayo fue una de las tantas agrupaciones que ofrecieron un caluroso recibimiento a una de las corcholatas de Morena en su visita por el Istmo.

¿Qué ha pasado con el caso? Nada sabemos. ¿Por qué no buscar por ahí? Por las “organizaciones sociales” notoriamente involucradas en hechos delictivos. Ahí está la imagen, “colgada” en redes sociales. Ese sería un buen comienzo, solo que muchas de ellas están ligadas a personajes que se sientan a la mesa con integrantes del gabinete.

En octubre y noviembre del año pasado se dio una verdadera crisis humanitaria en San Pedro Tapanatepec por la presencia de centroamericanos, venezolanos, caribeños en sus calles que duplicaban la población del municipio y que obligó al presidente municipal, Humberto López Parrazales, a demandar ayuda. No fue escuchado y el asunto se resolvió como vino. Solo.

Los migrantes siguen empleando esa zona como estación de paso y, desde entonces, no se ha establecido una política de estado para auxiliarlos o, al menos, minimizar el impacto social que acarrean.

“Traen enfermedades”, dice Iván “El bailador”. Sin duda, pero ¿qué hemos hecho para atenderlos? Los SSO ¿han establecido algún cerco sanitario para evitar propagación de Covid, dengue, zika, tuberculosis y algunas otras enfermedades que pudieran afectar a los oaxaqueños?

Si no ha sido así, no los culpemos del todo. Sabemos de dónde vienen, la odisea a la que están siendo sometidos y, aún así, les damos un trato policiaco. La xenofobia nos dicta señalar “no es su problema” “que se vayan o los regresen a su tierra”; la misma fórmula que en Estados Unidos aplican a nuestros familiares migrantes.

El conflicto ya está aquí, insistimos, no el problema directo de autoridades estatales ni municipales, sino directamente es problema federal. Acá están de paso aunque, como dice el marino Iván, se han asentado en algunos puntos de Oaxaca. Si no somos capaces de absorber y solucionar el problema, entonces recurramos a la Federación. No les endilguemos los problemas que ya tenemos.

Y tampoco, señor secretario de seguridad, usemos el argumento de la xenofobia para desviar la atención a nuestra incapacidad.

Ahí está otro dato: en lo que va del año han sido asesinadas 26 personas en la zona de Huajuapan de León. Ahí no hay migrantes, o al menos visiblemente asentados ¿A quién culpar? Es el crimen organizado que se disputa la plaza.

 

“Monitorean” el desastre

Autoridades de Santiago Atitlán, Mixe, demandaban el martes auxilio con maquinaria para liberar derrumbes y deslaves que tienen aislada a la cabecera municipal y al menos 7 rancherías, comunidades o núcleos agrarios en la zona.

En Capulálpam y en la vía Ixtlán-Zoogocho o San Ildefonso Villa Alta se han registrado derrumbes y deslaves y las autoridades estatales se han limitado a emitir comunicados señalando que “están monitoreando”. Lo que necesitan es maquinaria, no “monitoreo” para levantar piedras y retirar lodo y tierra, para liberar carreteras que los han dejado incomunicados y antes de que se generen problemas de desabasto de básicos.

Pero, ¿cuenta Protección Civil con personal capacitado y preparado para atender esto que apenas empieza’? o como en sexenios previos, los que están ahí son burócratas, valga la redundancia, de escritorio.