El Templo Alebrije, un chiquero
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Opinión

BARATARIA

El Templo Alebrije, un chiquero

 


Lejos quedaron aquellos tiempos que las y los oaxaqueños presumían de contar con uno de los estadios más bonitos de México, el estadio del Tecnológico mejor conocido como el Templo Alebrije.

Durante sus primeros años, por allá del 2016, los aficionados al futbol se reunían en las gradas del Templo Alebrije para apoyar al equipo que entonces peleaba para acceder a la primera división de la liga mexicana.

Recordamos con agrado la inauguración del estadio en marzo de 2016 llevando como rival a los Pumas de la UNAM y un empate a uno como resultado final.

Los más de 300 millones de pesos que se invirtieron para la construcción que se realizó en el gobierno de Gabino Cué Monteagudo, daban cuenta de un estadio seguro al que podían acudir familias enteras a disfrutar de buenos partidos.

Incluso cuando llegaron equipos de gran tradición en México como las Chivas, Cruz Azul y los Pumas, el estadio lucía a reventar ante la gran cantidad de aficionados que llenaban hasta los pasillos.

Entonces nadie se quejaba porque había diversión, futbol, espectáculo e instalaciones de primer nivel, pero a seis años de su apertura, el Templo Alebrije literalmente se ha convertido en un chiquero.

Los sanitarios se encuentran embarrados de suciedad, las mangueras rotas y la falta de agua, dan cuenta del abandono del inmueble que, de competir entre los mejores estadios del país, se ha estancado debido a la falta de atención por parte de las autoridades estatales y, sobre todo, de la firma que lo administra y se hace cargo del inmueble.

El estadio formó parte de las obras estratégicas del sexenio de Gabino Cué, al igual que el Citybus, que, a pesar de las grandes inversiones que se realizaron para ello, a seis años de distancia siguen sin funcionar.

 

Guelaguetza, reventa y fraude

Minutos antes del inicio de la representación de la Guelaguetza, en alrededores del auditorio EL IMPARCIAL dio cuenta de al menos tres personas que ofrecían y revendían boletos para los palcos A y C en plena explanada del Auditorio Guelaguetza, lo menos que pedían eran 1 mil 500 pesos. Están identificados, hay fotos de quienes se acercaron a los turistas que, sin pases, se aventuraban a intentar entrar. A unos metros, la autoridad negligente. La reventa ¿es o no delito?.

EL IMPARCIAL dio testimonio del timo a dos turistas quienes, al intentar acceder al espectáculo, fueron rechazadas pues los boletos eran apócrifos. Fueron defraudadas. ¿No había vigilancia en el Guelaguetza, o hubo complicidad?

Las mujeres pudieron acceder a los palcos de las alturas gracias a que el auditorio no se llenó y, el tipo del timo rondaba campante por el lugar. Quizá para intentar la misma maniobra por la tarde.

Todo ello ejemplificó el ninguneo a los oaxaqueños en su propia fiesta, la insultante apropiación comercial y que el homenaje racial se ha convertido en un aberrante negocio.

 

Las dos imágenes

Salvador Cienfuegos, el extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional repartiendo Guelaguetza en el auditorio durante el Lunes del Cerro, como si fuese un invitado de honor, en su reaparición pública luego de ser exonerado de los cargos de narcotráfico por los que fue detenido en Estados Unidos y quien mucho sabe de la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, deportado a solicitud del gobierno mexicano, pero con el peso fundamental de los militares sobre los hombros para ser liberado.

María Elena Ríos, impotente, pero no derrotada, saliendo del auditorio luego de mostrar una manta con la leyenda “Oaxaca feminicida” la cual fue jaloneada, denunciando la complicidad del Gobierno del Estado con su agresor, la impunidad y resguardada para que se retire del lugar. “Ojalá que con ese odio busquen a mis agresores” se puede ver que dice en un video que circuló en redes sociales.

 

Televisa y la invasión a Santo Domingo

El fin de semana retiraron de El Jardín El Pañuelito las esculturas en homenaje al artista oaxaqueño Francisco Toledo para dejar limpio el espacio. La regidora de Espectáculos y Gobierno y Turismo, Adriana Morales Sánchez,  confirmó que ni el Gobierno del Estado ni Televisa solicitaron permiso para colocar un set en la explanada del Templo de Santo Domingo, estacionar vehículos en lugar prohibido, al que ni los oaxaqueños tienen acceso y colocar baños públicos en el perímetro, además de usar maquinaria y “tirar” el cableado de electricidad por las calles aledañas, además de colocar un cerco para evitar que los visitantes se cruzaran ante las cámaras.

¿Por órdenes de quién el desalojo? ¿Con permiso de quién la invasión a Santo Domingo? Además de la promoción “turística” ¿qué otro móvil llevó a traer uno de los programas más frívolos y superficiales para contaminar la festividad de todos los oaxaqueños?

Violar el reglamento municipal tiene consecuencias y es penado. Esperemos las sanciones y a quién se le aplicarán. ¿A Televisa?