El tema de la Covid-19 y la vacuna para protegerse contra esa enfermedad es muy complejo y debe tratarse por especialistas médicos.
Me refiero al tema de la preparación de la vacuna por empresas farmacéuticas, su envase, distribución a diversos países en el mundo entero, la llegada a su destino nacional, el reparto a la localidad de aplicación así como su mantenimiento, y desde luego la determinación de los sujetos a quienes se vacunará, sin faltar la nominación del personal de saluda encargado de este último paso.
En México se ha determinado que primero se vacunen adultos mayores de sesenta años y se han contratado millones de dosis con varias marcas.
Así las cosas, solo puedo abordar el tema de la organización de la prelación para vacunar a las personas, y me abstengo de tratar por no ser especialista de los demás temas mencionados.
Todo parte del desorden que se ha observado en los centros de vacunación, ya que no existe una orden superior de cuál es el sistema, luego, cada autoridad de salud local, determina el sistema con mayor o menor éxito.
Opino pues, que el sistema debe ser sencillo, claro, eficaz y con publicidad abundante, para evitar desorden, desveladas en la calle y múltiples molestias a las personas de la tercera edad, sin faltar abusos de personas influentes.
Pienso, es un decir, que el sistema de fichas es muy bueno, siempre y cuando especifique con una diferencia de no más de sesenta minutos la hora y día de la aplicación; en esa forma se elimina el desorden y repito, las molestias y abusos.
Sin descartar que la aplicación pueda llevarse a cabo por abecedario, eso no excluye la repartición previa de fichas, sin más papeleo que la presentación de una copia de la identificación correspondiente, en donde se exprese la fecha de nacimiento, por ejemplo credencial para votar o pasaporte, y no con fines electoreros sino para llevar la estadística de las personas vacunadas.
Ese sistema no es ninguna ciencia y puede utilizarse por un buen administrador con autoridad para hacerlo, en tal forma que se eviten las interminables filas, el apartado de lugares y la ignorancia de si habrá o no vacunas suficientes.
En ese contexto si la ficha respectiva expresa hora de vacunación, se evitarán las aglomeraciones e insisto, largas colas.
Valga el ejemplo de un Ayuntamiento ejemplar, el de San Andrés Huayápam, que para otorgar los apoyos precisamente a adultos mayores, lo hace llamando por abecedario a partir de cierta hora, previo anuncio por diversos medios como perifoneo o personalmente, lo que da de hecho la posibilidad de llegar a buena hora al lugar señalado.
Debo añadir, que el lugar para la aplicación debe ser amplio, de fácil acceso, acondicionado con los lugares para descanso en donde se espera a ver si hay reacciones que atender.
Repito, la excesiva burocracia en requerir distintos documentos es innecesaria y conflictiva, por ejemplo a quienes no tiene CURP, o no pudieron registrase en internet en la página destinada por el Gobierno Federal al efecto.
Una copia de identificación y basta.
Ahora bien, si llegan personas de otra localidad, bueno, es cuestión de criterio del jefe de sanidad del lugar, quien atendiendo a las circunstancias puede o no aplicar la vacuna, siempre y cuando se lleva la ficha respectiva que al efecto se proporcionó anticipadamente.
Es necesario, pero ya, determinar con certeza el sistema, ya que si apenas van los adultos mayores, me puedo imaginar el desorden cuando se inicie la vacunación de personas de menor edad.