El 1° de mayo, Día Internacional del Trabajo, es una fecha emblemática que conmemora las luchas históricas del movimiento obrero por condiciones laborales justas. En México, esta jornada adquiere una relevancia particular en este 2025, marcada por la reciente iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales.
El Día Internacional del Trabajo tiene sus raíces en la huelga de Chicago de 1886, donde trabajadores exigieron una jornada laboral de ocho horas. La represión de estas manifestaciones culminó en la ejecución de varios líderes sindicales, conocidos como los Mártires de Chicago. En honor a su sacrificio, el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional instituyó el 1° de mayo como día de reivindicación laboral en 1889.
En México, la conmemoración del 1° de mayo comenzó en 1913 con el primer desfile obrero organizado por la Casa del Obrero Mundial. La Constitución de 1917 incorporó derechos laborales fundamentales, como la jornada máxima de ocho horas, el derecho al descanso y la prohibición del trabajo infantil. Desde entonces, el 1° de mayo se ha consolidado como una jornada de reflexión y lucha por los derechos de los trabajadores.
A pesar de los avances legislativos, la realidad laboral en México presenta desafíos significativos. Según datos recientes, el 54.4% de los trabajadores se encuentran en la informalidad, careciendo de seguridad social y protección legal. Esta situación afecta especialmente a las mujeres, con una tasa de informalidad del 54.8%.
Además, el 34.1% de los trabajadores perciben ingresos inferiores al salario mínimo, y un 37.1% sólo ha cursado educación básica, lo que limita sus oportunidades laborales. La precariedad laboral se manifiesta en la falta de contratos, ausencia de prestaciones y condiciones laborales inestables.
Este panorama refleja una necesidad urgente de reformas que mejoren las condiciones laborales y promuevan la formalización del empleo en el país.
La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que la actual jornada laboral en México, de 48 horas, se reducirá paulatinamente hasta llegar a las 40 horas en enero de 2030. Desde Palacio Nacional, la titular del Ejecutivo dijo que la reducción de las horas trabajadas por semana debe lograrse por consenso y no mediante una imposición desde el gobierno federal.
“Todas estas grandes reformas se han hecho en México han sido por consenso de los empleadores, las empleadoras y los trabajadores y sus representaciones. Y queremos que esta también será una reforma por consenso, por eso el día de hoy son las mesas de trabajo, para que nos sentemos con empresarios, los representantes sindicales, las y los trabajadores para ver cómo vamos a conseguir esa jornada laboral. No se puede de un día a otro, pero lo importante es cómo lo vamos a hacer y que sea por consenso”, dijo Sheinbaum.
En este contexto, la presidenta Claudia Sheinbaum ha anunciado esta iniciativa para reducir gradualmente la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, con el objetivo de implementarla completamente para 2030. Esta reforma busca mejorar el bienestar de los trabajadores, quienes actualmente enfrentan largas jornadas laborales que afectan su salud mental y calidad de vida.
La propuesta incluye la realización de mesas de diálogo con trabajadores, empresarios y académicos para construir consensos y diseñar una hoja de ruta que permita una transición ordenada. Esta estrategia de gradualidad responde a las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo y a las preocupaciones del sector empresarial.
Sin embargo, la iniciativa enfrenta desafíos, como la resistencia de algunos sectores empresariales que argumentan que la reducción de la jornada laboral podría afectar la productividad y aumentar los costos operativos. Además, se requiere un acompañamiento gubernamental para apoyar a las pequeñas y medianas empresas en la adaptación a la nueva normativa.
La reducción de la jornada laboral representa un paso significativo hacia la mejora de las condiciones laborales en México, señalan algunos analistas. Al alinearse con estándares internacionales, esta reforma podría contribuir a una mayor equidad y justicia social en el país.
No obstante, su éxito dependerá de la capacidad del gobierno para generar consensos, proporcionar apoyos adecuados a las empresas y garantizar que la implementación de la reforma no genere efectos adversos, como un aumento de la informalidad laboral, lo que sería muy posible, pues a menos horas de trabajo, reducción de ingreso para los trabajadores que de algún modo deberán completar el gasto familiar.
En conclusión, el 1° de mayo de 2025 se presenta como una oportunidad para reflexionar sobre los avances y desafíos en materia laboral en México. La propuesta de reducción de la jornada laboral simboliza un compromiso con la mejora de las condiciones de los trabajadores, pero su materialización requerirá un esfuerzo conjunto de todos los sectores de la sociedad, evaluando los pros y los contras.