El caso Ecuador, paralelismo con México
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

El caso Ecuador, paralelismo con México

 


El pasado 9 de enero una cadena de televisión en Ecuador sufrió el asalto por delincuentes, tomando como rehenes a trabajadores de ese canal de televisión. Además, se registraron incursiones de grupos armados en universidades y otras instituciones públicas, así como saqueos en la capital ecuatoriana. Ese acontecimiento simboliza el grado de descomposición que se vive en Ecuador. 

En 2023 batió su récord histórico de homicidios con 7,878 de los que solo se resolvieron 584. Las bandas del crimen organizado y su poder corruptor se han hecho omnipresentes y sus tentáculos se expanden no solo hasta el último rincón de la sociedad ecuatoriana sino también en las propias instituciones, incluyendo la policía y las fuerzas armadas.

El fin de semana pasado, el jefe de Los Choneros, Adolfo Macías, alias “Fito”, quien cumplía una condena de 34 años desde 2011 por delincuencia organizada, narcotráfico y asesinato se fugó de la prisión en donde se encontraba, mientras se reportaban graves motines en al menos seis cárceles de Ecuador, con informes de que varios guardias fueron tomados como rehenes por los prisioneros, en los que también aprovechó para fugarse otro líder mafioso, Fabricio Colón Pico, alias “El Salvaje”, de Los Lobos.

Los Choneros, Los Lobos, Los Lagartos o Los Tiguerones, vinculados a los grandes cárteles de la droga de México y Colombia, son las bandas más conocidas que protagonizan episodios de extrema violencia, ya sea en conflictos internos o contra el gobierno, las instituciones o la sociedad en Ecuador.

Daniel Noboa, quien recién llegó al poder el pasado 23 de noviembre, no ha tenido tiempo de aplicar los principales puntos de su programa, donde la seguridad fue un tema prioritario en su oferta electoral.

Los pasados sucesos se entienden como una respuesta a la ofensiva gubernamental contra los grupos delincuenciales que se aplican desde diciembre. El operativo Metástasis, como lo bautizó la fiscalía ecuatoriana, llevó a la detención de 29 personas, entre las que se encuentran jueces, fiscales, policías, abogados y sujetos relacionados con el crimen organizado. El lunes 08 de enero se publicó el decreto 110, en el cual el gobierno de Ecuador ordenó el estado de excepción y un toque de queda ante la grave conmoción que enfrenta.

En México vivimos esta ofensiva durante la administración de Felipe Calderón. La estrategia cambió en la administración de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, quienes bajaron la intensidad y en muchos casos pactaron con la delincuencia misma. Hoy la delincuencia organizada es un poder fáctico.

Los asesinatos son algo ya cotidiano. Según el INEGI, a nivel nacional, en septiembre de 2023, 61.4 % de la población de 18 años y más consideró inseguro vivir en su ciudad. Hasta octubre de 2023 se registraron en México un total de 35.041 homicidios. En lo que va de la administración del presidente López Obrador se han registrado más de 176 mil 300 ejecuciones, lo que demuestra la urgencia de rediseñar la estrategia de seguridad.

También en México, como en Ecuador existen bandas, que tienen en las cárceles sus principales centros de mando y operaciones, por lo que urge reformas de fondo al sistema de readaptación social. 

Diariamente, poblaciones enteras son irrumpidas y violentadas por el crimen organizado, como Buenavista, Petatlán, Guerrero, o como los últimos casos en Sonora, Guanajuato y Edomex. 

En Ecuador, el crimen organizado creció durante el periodo de Rafael Correa con quienes se alió, y se contuvo durante la administración de Guillermo Lasso, quien pactó con ellos. La trampa de la negociación o el pacto con el crimen organizado representa tiempo ganado para los delincuentes, quienes se fortalecen durante estas treguas como es el caso de Colombia con las FARC.

Hay que recordar que la principal función del Estado es brindar seguridad, proteger la vida, la integridad y la propiedad de sus ciudadanos. Tenemos un Estado fallido, cuando no cumple con esta tarea fundamental. La intromisión de este poder fáctico en las próximas elecciones en México es una realidad.

La delincuencia organizada y la industria del crimen representan un cáncer social que si no se les extirpa a tiempo se expanden creando una metástasis social como la que vive Ecuador. Pactar con el crimen o la política de “abrazos” con la delincuencia está demostrado que no es opción. Finalmente, Felipe Calderón tenía razón.   

 

Twitter: @aguilargvictorm