Divide y vencerás. La estrategia presidencial exitosa
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Divide y vencerás. La estrategia presidencial exitosa

 


México enfrenta un proceso de elección con una ciudadanía dividida entre buenos y malos de acuerdo con la calificación que, a sus sectores sociales, ha otorgado el presidente López Obrador desde el día en que tomó posesión del cargo cuando dio a conocer las líneas de la Cuarta Transformación diseñada para anular el esquema que atribuye, en el aspecto negativo, al pasado de corrupción, impunidad y dispendio de los recursos de manera tal que todo lo que se opone a la estrategia y a sus postulados formales, es considerado el enemigo conservador del régimen en turno en el que incluye a comentaristas y comunicadores que critican el rumbo de sus acciones o que dentro del sistema institucional de control de la constitucionalidad y legalidad las combaten y resuelven el INE, la Suprema Corte y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Ahora en esta etapa de su gobierno se aprecia que si bien la práctica de las mañaneras y de la repetición constante del mismo mensaje con destinatarios diferentes, fue exitosa para mantener su popularidad, ahora empieza a mostrar los signos del desgaste que ha sufrido derivado de las consecuencias que, para el país se están materializando, como los es un estado autoritario, con graves problemas de seguridad, salud, educación y debilitamiento de la estructura institucional de la República y del Estado de Derecho, lo cual está siendo un factor que se reflejará en el sentido del voto ciudadano, en cuanto a las corcholatas que ha puesto en juego.

La favorita, la doctora Claudia Sheinbaum está mostrando su verdadera personalidad  y esta se aprecia despótica y autoritaria como lo evidencian su expresión ante el gobernador de Sonora ampliamente difundido por los medios electrónicos y sus discursos como en el que se refiere al retiro de Lilly Téllez de su aspiración por contender dentro de la coalición opositara, ante la postulación de Xochilt Gálvez que, parece ser la mejor posicionada para ser contendiente de peso y factor que equilibre la balanza  cargada hacia Morena y sus abiertas propuestas a la presidencia, respecto de la cual, algunos la califican también de faramalla presidencial, pues el dedo ya está dirigido en favor de la exgobernante de la Ciudad de México.

Los riesgos de la radicalización dictatorial que se echó andar al inicio de este  sexenio y que se ha sustentado en la teoría de divide y vencerás, que es lo que ha hecho el presidente, bajo el esquema de la explotación de la pobreza del pueblo que ahora se ha incrementado y provoca que siga siendo el alimento que nutre la Cuarta Transformación mediante la que esta le entrega migajas para mitigarla y conservarla en la necesaria dependencia y dominación que aumenta con los mensajes de los abusos de los conservadores, corruptos que atribuye día a día a los gobiernos anteriores. En mi percepción las corcholatas que representan esta peligrosa corriente están bien identificadas.

El equilibrio lo representa Marcelo Ebrard que, aunque se identifique con la Cuarta Transformación, pienso que por su formación y experiencia política es la pieza que recompondría dentro de lo posible los excesos meta constitucionales y legales que se han llevado a cabo hasta la fecha; sin embargo, tiene que lidiar con la persistente voluntad del presidente que sigue obsesionado con la prolongación de su mandato y de su poder autoritario, con el objeto de que no se vaya a dar marcha atrás a los dispendiosos proyectos y actos encubiertos de mejorada estrategia de corrupción en los beneficios que derivan del manejo concentrado de los fondos públicos que seguramente aflorarán en breve como búmeran que rebote un conjunto de acciones que se ha difundido de la innovada corrupción oficial en este sexenio.

Por el otro la lado, la oposición se mantiene en línea de la metodología de la selección de candidatos, en la que resalta la alternativa que representa la senadora Xochilt Gálvez, que es un factor que viene a cubrir la falta de liderazgo en los partidos y de la sociedad civil inserta en este esquema sin que aún se note un signo que, con suficiencia, pudiera ser un ingrediente competitivo real, lamentablemente, pues algunas de las propuestas y aspirantes ya están desgastados por sus antecedentes políticos; otros, por su inexperiencia o no alcanzan —en mi opinión— la presencia nacional que requiere un esfuerzo muy consolidado para buscar derrotar no a Morena sino al presidente López Obrador como José Ángel Gurria Treviño que podría ser un magnífico presidente por su amplia experiencia internacional.

La teoría de la división ha sido aplicada de manera permanente por el presidente López Obrador con buenos resultados, los partidos opositores pulverizados y una sociedad civil sin una identificación nacional, minimizados bajo la directriz de, divide y vencerás que, como dicho popular, hace referencia a un refrán que implica resolver un problema difícil, dividiéndolo en partes más simples tantas veces como sea necesario, hasta que la resolución de las partes se torna obvia. La solución del problema principal se construye con las soluciones encontradas.

La vacuna el voto ciudadano frente a las múltiples mentiras convertidas en verdad, contexto que deberá ser razonado, para velar por un Estado efectivo de Derecho en beneficio del pueblo no de los gobernantes.

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