No todo es un museo
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

No todo es un museo

 


Han pasado varias semanas desde la última vez que lo vi. Era un hombre extraño. Se sentaba en el parque por horas y a diario regaba las plantas dejando siempre inundando el camellón. A veces se olvidaba de cerrarla dejando que el agua se escapara toda la noche. No hacía nada, creo que podía considerarlo como el hombre más inofensivo. Sin embargo, algo había en él que consideraba una amenaza. ¿Cómo decirle que no lo hiciera más, si apenas escuchaba razones? He llegado a creer que los hombres más peligrosos son aquellos que creen siempre tener la razón. Para ellos el mundo se construye conforme a sus caprichos. Tampoco sé en qué momento consideramos que nuestras opiniones importan al mundo, pero al menos al escribir intentamos dialogar de la forma más inteligente con los otros. 

Sinceramente tomaré como excusa el problema reciente en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca y la indignante falta de pago a la plantilla de trabajadores. Digo pretexto porque detrás de todo esto existe un grave problema de fondo. Pero a la vista hay un hecho: no hay pago por nueve meses de trabajo. Y eso no sólo es una falta de sensibilidad por parte de la asociación de Amigos del MACO, sino un pisoteo a los derechos laborales que el gobierno debería defender y realizar un plan de emergencia. La respuesta por parte de la Secretaría de Cultura y Artes de Oaxaca como un órgano gubernamental fue un poco vergonzosa. Es verdad que al tener independencia jurídica el Estado no tendría que intervenir, pero ¿qué pasa cuando los derechos laborales se ven atropellados? ¿Siempre hay que actuar conforme a la ley? ¿Y la leyes a quienes dan la razón?

Y aquí mi pregunta ¿será acaso que la sociedad civil sea la encargada y la única responsable de buscar el desarrollo cultural y educativo? ¿No debería ser esa la prioridad de nuestros dirigentes, aparte de garantizar el respeto de nuestros derechos? Porque al parecer a nuestro gobernador en curso y con ello a todos los que encabezan los proyectos culturales parecen no tener intenciones ni dar muestras de buscar un apogeo en el ámbito educativo, sino más bien el de profanar nuestras tradiciones. Las actividades culturales hace mucho que no son para los oaxaqueños, sino para el turismo del que tampoco vive la gran mayoría de nosotros.  No estoy en contra de todos esos empresarios filantrópicos que proveen cultura para enmascarar sus perversiones, más bien estoy en total desacuerdo de que el gobierno se vea desobligado e incluso indiferente a la promoción de actividades culturales.  

El recuento de cuántos museos, bibliotecas y teatros gubernamentales se mantienen vivos con carteleras activas para distintos públicos es mínima. Ni qué decir sobre el inexistente pago a sus colaboradores. No siempre se busca experiencia y constancia curricular, sino un trato y pago digno. La crisis sanitaria resquebrajó lo último de aquella simulación. 

Ahora lo otro, el cierre del museo sería el reflejo de la gran decadencia cultural que se vive hace mucho en la ciudad. El escenario folclórico de Oaxaca no representa toda su originalidad, creatividad y genialidad. A veces necesitamos generar nuevas formas de lenguaje, otros horizontes estéticos y éticos y eso no implica ofender nuestras raíces. Es por eso que el MACO representa un hito en la vida cultural de Oaxaca, fundado por Francisco Toledo, uno de nuestros más queridos genios artísticos, además de activista por los derechos humanos, que en su iniciativas logró compartir su amor por el arte y la lectura. A estas alturas es muy triste que su ausencia ponga al descubierto la pobreza de espíritu de los promotores culturales que dirige nuestro estado. 

Quizá esto sea una advertencia, una reafirmación más sobre el analfabetismo político y su desvergonzado desinterés por la justicia social y la cultural. Pero también nos mostró que la solidaridad y el compromiso social siguen existiendo y eso es esperanzador.  

[email protected]