Desde hace varios días, la comunidad de Río San José, perteneciente al municipio de San Sebastián Río Hondo, en la Sierra Sur de Oaxaca, permanece prácticamente incomunicada. El acceso principal al poblado resultó severamente afectado por los estragos del huracán que azotó la región. Y, hasta este lunes, la vía continúa bloqueada por deslaves, lodo y escombros.
Vecinas y vecinos han denunciado que, pese a los múltiples llamados, no han recibido atención de las autoridades estatales ni federales. La situación ha dificultado el paso de alimentos, medicamentos y servicios de emergencia.
AISLAMIENTO Y RIESGOS: UNA REALIDAD QUE SE AGRAVA
El bloqueo de caminos en comunidades serranas como Río San José no solo representa una incomodidad logística, sino una amenaza directa a la vida de las personas. En esta zona, donde los servicios de salud son escasos y muchas familias dependen de transporte diario para trabajo o estudio, la falta de acceso aumenta la vulnerabilidad frente a enfermedades, accidentes o emergencias naturales.
“Pedimos ayuda para liberar nuestra entrada y salida. Llevamos días sin poder salir, sin paso para vehículos, ni siquiera a pie en algunos tramos”, señaló un habitante en redes sociales.
INDIFERENCIA OFICIAL: UN LLAMADO QUE NO LLEGA A OÍDOS DEL GOBIERNO
A pesar de que la situación es conocida por habitantes de otros municipios de la región de Ozolotepec, la respuesta institucional ha sido nula o insuficiente. La falta de maquinaria, personal de Protección Civil o brigadas de apoyo contrasta con los discursos oficiales sobre atención oportuna ante desastres naturales.
Organizaciones locales han recordado que, tras cada temporada de lluvias, las comunidades indígenas y rurales de la Sierra Sur quedan al margen de los apoyos estatales. Pese a ser de las más afectadas.
EL HURACÁN PEGÓ FUERTE, PERO LA AUSENCIA DEL ESTADO PEGA MÁS
Los daños en Río San José son un ejemplo más de cómo la infraestructura vulnerable y el olvido institucional se combinan. Para dejar a poblaciones completas en el abandono tras fenómenos meteorológicos.
El paso del huracán dejó huellas en caminos, viviendas y cerros, pero la ausencia de ayuda profundiza el impacto social y psicológico en las familias. A más de una semana del bloqueo, los habitantes insisten:
“Queremos que nos escuchen, no estamos pidiendo favores, estamos exigiendo derechos”.
Río San José no es la única comunidad afectada en los Ozolotepec, pero su aislamiento persistente refleja la desigualdad con la que se distribuye la ayuda en momentos críticos. Si sigue el mal tiempo, la situación podría empeorar con nuevas lluvias, poniendo en peligro a niñas, niños, personas mayores y toda una comunidad que hoy espera ser atendida, no ignorada.