El arzobispo de la Arquidiócesis de Antequera Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, mostró su preocupación por la crisis migratoria que se vive en la ciudad capital y ante la intolerancia que han mostrado algunos ciudadanos contra quienes llegan de otros países.
Qué triste que les demos la espalda a quienes son nuestros hermanos, nosotros exigimos que, por ejemplo, EU trate bien a los mexicanos; hoy los guatemaltecos, venezolanos, nicaragüenses, salvadoreños y de donde vengan nos dicen ‘trátennos bien, mexicanos’, y les volvemos la espalda. Cómo podemos exigir lo que no estamos dando”.
Al encabezar la homilía dominical en la Catedral Metropolitana en donde celebró 73 años de vida, el arzobispo también pidió erradicar la inseguridad. “No podemos decir que no estamos golpeados porque a cada momento nos dicen que mataron a uno y a otro; la inseguridad está presente en todo el país”, destacó.
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— El Imparcial de Oaxaca (@ImparcialOaxaca) September 17, 2023
Padre Barragán pide no abandonar a los migrantes
Durante la homilía dominical, el rector de la parroquia de Felicitas y Perpetua, Guadalupe Barragán Oliva, pidió a las autoridades de los tres niveles de gobierno, a la sociedad civil y órganos autónomos, no abandonar a los migrantes que llegan al estado de Oaxaca.
Luego de la protesta que realizaron habitantes de varias colonias que se encuentran en las inmediaciones de la Central de Abastos para exigir la reubicación de las y los migrantes que acampaban en el Periférico, el albergue de la Parroquia de Felicitas y Perpetua abrió sus puertas para cobijar a las y a los ciudadanos provenientes de diversos países de América Central y América del Sur.
Nos hablaron porque tenían un problema social con los migrantes y que ya había una protesta, nos dijeron que nos iban a apoyar con víveres para que se les diera a las personas que vendrían y no nos dieron nada”, señaló Barragán Oliva.
A pesar de que en el albergue llegaron más de 200 migrantes que durante el transcurso del fin de semana retomaron su camino rumbo a la capital del país, el sacerdote lamentó que las autoridades municipales, estatales y federales, así como los órganos autónomos que solicitaron el asilo hayan abandonado a las y los ciudadanos.
Ni el municipio, ni el gobierno nos apoyaron, les dimos lo poco que teníamos, en el primer día llegaron más de 200 personas, venían como 50 niñas y niños y mujeres embarazadas, les compramos siete kilos de tortillas y les dimos tacos con queso para que no pasaran hambre”.
